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Mihye revisa su teléfono una última vez, ansiando tener algún mensaje en su bandeja de entrada, pero no hay nada de parte de Hyunjin, la persona de la que espera una señal de vida

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Mihye revisa su teléfono una última vez, ansiando tener algún mensaje en su bandeja de entrada, pero no hay nada de parte de Hyunjin, la persona de la que espera una señal de vida.

Suspira, colocándose frente a la puerta del hogar al que ha ido. Llama a esta, y espera un par de segundos antes de que sea abierta. La mamá de Hyunjin la recibe alegre, invitándola a hacer ingreso.

—Lamento haber venido sin avisar, ¿Hyunjin está en casa? —pregunta, mientras retira sus zapatos en el recibidor.

—Sí, está en su habitación —responde la mujer —Lo vi algo deprimido, quizás la visita de una buena amiga lo anime un poco. Pasa, ya sabes dónde ir.

—Gracias —Mihye se inclina unos centímetros, a modo de reverencia.

Se dirige entonces por el pasillo hacia la habitación de Hyunjin. Teme que algo muy malo haya ocurrido la noche anterior como para que su mamá lo note deprimido. Tiene la sospecha de que ese algo sucedió, cuando salió del baño y lo vio con Hyori y Seungmin. Quizás ese momento desencadenó en su mal humor del día.

Tímidamente llama a la puerta de la habitación de su amigo, y al recibir una respuesta, hace ingreso.

La habitación está oscura, porque no ha levantado las cortinas de la ventana. La ropa que usó la noche anterior está apilada en su silla de escritorio y este mismo es un desastre, pues tiene varios papeles arrugados en forma de bolas, dibujos fallidos quizás. Al parecer no ha sido una buena noche. Mihye se gira a verlo a él y sonríe enternecida al notar que está tapado con la ropa de cama hasta las orejas. Cuando Hyunjin nota que no es su mamá, sino Mihye, se incorpora unos centímetros en la cama.

—Hola —saluda, cerrando la puerta luego de entrar —Estaba preocupada, así que vine a verte. ¿Cómo estás?

—Estoy bien, gracias —responde él, sentándose en la cama, apoyando su espalda contra el respaldo. Mihye se sienta cerca suyo.

Cuando se observan mutuamente, los recuerdos de su casi beso llegan a sus cabezas en simultáneo. Y, de la misma forma, ambos se lamentan de no haber podido concluirlo. Sin embargo, Mihye no vino aquí por eso, y se apresura en quitar ese momento de su cabeza para enfocarse en su amigo.

—¿Qué pasó anoche? —pregunta entonces —¿Por qué te ves tan... triste?

Hyunjin suspira, cubriendo su rostro con ayuda de sus manos algunos segundos antes de responder. Para apoyarse mejor en sus palabras, toma su teléfono y lo desbloquea, abriendo un chat que tuvo con Hyori. Se lo entrega a Mihye mientras habla.

—Le dije a Hyori la verdad. Le confesé que me gustaba y que me dolió mucho lo rápido que me dejó de lado —vuelve a suspirar —Hoy me desperté con ese mensaje.

Mihye dirige su vista hacia la pantalla para leer atenta.

"Hyunjin, no sé realmente cómo empezar
esto, porque aún estoy procesando
lo que me dijiste.
Primero que todo quiero disculparme
contigo por el daño que te cause, por haberte
dejado de lado y por haberte convertido en
un amigo al que buscaba cuando estaba
sola. Lo que hice no tiene justificación y no
pondré excusas por ello.
Y en segundo lugar, lamento mucho si en
algún momento malinterpretaste mis
intenciones y te causé falsas ilusiones.
Jamás imaginé que me veías como algo
más que tu mejor amiga y me duele pensar
que te dañé sin saberlo.
¿Podemos juntarnos a conversar? Porque
siento que tenemos mucho de que hablar."

Seguido de eso, Hyunjin ha escrito un no como respuesta a su propuesta de hablar las cosas en persona. No tiene ninguna intención de hablar algo con ella.

—Hyunjin, ¿realmente no quieres hablar con ella? —cuestiona, regresándole su teléfono.

—Es que no hay nada más que decir —bufa él. Mihye ladea su cabeza escuchando su respuesta —Le dije la verdad, no salió como esperábamos, fin de la historia. Nuestra amistad está rota hace meses y esto solo fue la gota que derramó el vaso.

Mihye quiere golpearlo por la actitud tan terca que está tomando, pero puede entenderlo. Quizás solo tiene miedo de la reacción de Hyori, o algo peor. Aún así, tiene varias preguntas más al respecto de la situación.

—¿Y por qué estás tan deprimido?

Hyunjin no quiere responder a eso.

¿Cómo podría explicarle que anoche descubrió cuáles eran sus verdaderos sentimientos a la chica que se los estaba causando? Mientras caminaba con ella por la noche, se sentía en tanta calma, se sentía cómodo y solo mirando sus ojos olvidó por completo todo lo vivido con Hyori hacía pocos minutos.

Era cliché para él, pero tenía un jardín de mariposas alojando su estómago y su corazón se aceleraba con cada paso que daba a su lado, y de igual forma, lo estaban atacando en este momento. Se arrepentía enormemente de no haber podido terminar el beso que fue interrumpido, porque está seguro de que ese gesto habría sido la clave para descifrar sus sentimientos.

Hyori ya no era la dueña de sus latidos, Mihye había tomado ese lugar hace mucho tiempo. Pero él no lo había querido ver hasta ahora.

Pero, retomando la pregunta, ¿por qué estaba tan deprimido entonces? La respuesta era simple; no quería volver a pasar por una situación como la de Hyori. No quería sentir cosas por su amiga más cercana de nuevo, y tenía miedo de que las cosas terminaran de la misma forma.

Inventaría una excusa boba para zafar de esa pregunta.

—Supongo que, en el fondo, no me esperaba esa respuesta —miente, riendo sarcástico al finalizar.

Mihye sonríe y ese gesto basta para que una ráfaga de emociones suban por el cuerpo de Hyunjin. Ella acerca una de sus manos a las de él y acaricia sus dedos, haciendo enloquecer cada sentido en su interior.

—Lo peor ya pasó, Hyunjin, ahora debes ponerte de pie y seguir adelante —explica, sin soltar su mano —Ya tienes una respuesta, y aunque no te guste, es lo que necesitabas para darle un cierre a este tema. Tómate tu tiempo y cuando estés listo habla con Hyori, porque quizás ella también tiene cosas que decir.

Hyunjin suspira, para pronto asentir. Mihye siempre tenía las palabras correctas.

Luego de unos minutos sin dejar de hablar, el teléfono de Mihye recibió una llamada por parte de su mamá, histérica porque no sabía dónde estaba. Ella explicó su paradero e indicó que iría a casa pronto, por lo que no le quedó de otra más que despedirse de su amigo e irse.

Cuando abandonó su habitación, Hyunjin no pudo evitar sonreír. Una vez más, sus cuatro paredes estaban plasmadas por el dulce aroma de Mihye, y solo eso le bastó para sentir que todo iría a mejor a partir de ahora.

 Una vez más, sus cuatro paredes estaban plasmadas por el dulce aroma de Mihye, y solo eso le bastó para sentir que todo iría a mejor a partir de ahora

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sorry, i love you • hwang hyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora