🔺54. AÚN FALTA MUCHO PARA TERMINAR🔻

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Nunca lo había visto de esta manera: nervioso, con pánico y terror en la mirada.

― ¿Cómo conseguiste esto? ―pregunta con voz tensa.

―No importa cómo lo conseguí, sino que lo conseguí. Ya sé quién eres, sé lo que hiciste y ahora, te arrepentirás por eso.

Él niega con la cabeza lentamente.

―Esto no es cierto ―deja mi celular sobre el escritorio, azotándolo en el proceso.

―Ya no tienes salida, Rafael. Sé la verdad; antes te dedicabas al robo, usurpación de identidades y delitos. Te comprometiste con Fabiola Danger y la agrediste física y psicológicamente... así hasta asesinarla. Por eso tenías la experiencia en no dejar rastro de huella cuando asesinaste a golpes a Arturo... Tú eres un asesino a sangre fría ―él me ve con los ojos desorbitados, sabiendo que su secreto ya no es tan secreto―. Estuviste en prisión el tiempo necesario para planear tu venganza y al salir, comenzaste a ejecutarla. Primero, asesinaste al único que testifico en tu contra; tu cuñado, Mauro. Después, viniste a Rossenfeld y nos amenazaste a todos; mi familia, la de Alex, la de Vicky y a mí... querías vengarte de la muerte de tu madre: Rosalind.

Él abre los ojos más de lo normal, para después fruncir las cejas y rodear la mesa de escritorio para acercarse a mí. Yo lo veo con atención, sin retroceder ni mostrar ni un poco de miedo.

―Estás equivocada, Edén. Nada de eso es cierto, yo no...

― ¿Me lo vas a negar? Tengo la evidencia ―digo señalando mi celular.

―Todo tiene una explicación, yo no asesine a Fabiola, pague injustamente un delito que no cometí y...

― ¡Cállate! A Vicky podrás engañarla todo lo que quieras, pero a mí no. Yo ya sé todo y te juro que Vicky también lo sabrá.

―No... tú no le dirás nada ―dice viéndome con una nueva emoción en la mirada... desesperación.

―Claro que sí ―doy un paso al frente―. No voy a quedarme de brazos cruzados esperando a que la violentes, le metas ideas en la cabeza y termines asesinándola como lo hiciste con Fabiola.

Mauro respira agitadamente, como si le costara mucho controlarse.

―Tú no lo hablarás ―susurra mirándome con odio.

― ¿O qué? ¿Me matarás? Así como lo hiciste con Fabiola y Arturo, así como lo hiciste con las personas...

Mauro sube sus manos a mi cuello y me empuja hasta que mi espalda queda pegada a la pared, él me ve a los ojos mientras que con sus pulgares presiona mi garganta.

―No, no dirás nada, menos a Victoria. Todo lo que dices es falso, eso no es cierto...

Continúa hablando mientras sus ojos se encuentran desorbitados y sus pulgares me lastiman.

―Entren... ―logro susurrar y, al instante, entra Alex corriendo. Él me quita a Mauro de encima y lo golpea en la cara hasta que los policías en cubierto lo separan de él.

Mientras que los policías levantan a Mauro y le ponen las esposas, Alex viene a mí y me toma de las mejillas.

― ¿Estás bien? ―pregunta alterado.

Yo asiento con la cabeza y lo abrazo. Veo como se llevan a Mauro y como Victoria observa todo desde el marco de la puerta... Vicky escuchó todo desde la bocina que tenían los oficiales.

Mauro se queda estático al ver que ella lo sabe todo, ella, por el contrario, niega con la cabeza mientras comienza a llorar y sale corriendo de aquí.

REINA OSCURA ¿Dónde te escondes? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora