🔺57. ¡NO LO SÉ! ¡NO SÉ NADA!🔻

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Una de mis actividades favoritas, ha sido ir de compras, mucho más si es acompañada con las personas que quiero.

Entraba a boutiques diferentes, me probaba cientos de vestidos y si no me convencían, salía e iba a otra boutique. Nos llevamos así todo el día hasta que, finalmente, encontré algo que valió la pena...

―Te ves maravillosa ―susurro mi madre con la boca abierta.

Sonreí y volví a mirarme frente al gran espejo. Tenía puesto un vestido de color vino, este era largo y pegado al cuerpo, tiene forma de corazón en el pecho y es escotado de la espalda, era el perfecto para mí.

Sin darle más vueltas a mi decisión, decido comprarlo, pero antes de quitármelo, le envió una foto a Lucy.

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De camino a casa, hablo con mi mamá a cerca de su vestido para mi graduación.

―No lo sé, Edén. Había pensado más en un pantalón y una blusa formal.

― ¡Vamos mamá! Yo te escojo el vestido ―insisto, pero ella niega sonriente, al igual que Paúl sonríe viéndonos desde el retrovisor.

―No, Edén, los vestidos no me quedan ahora ―dice viendo y acariciando su vientre.

Sonrío al saber que, en tan solo tres meses, conoceré a mi nuevo hermanito, o hermanita.

―Crece rápido ―susurro acariciando su vientre―. Parece que será grande y fuerte... ―me quedo callada al sentir una patadita.

Abro la boca y mi madre también, ambas sorprendidas y emocionadas.

― ¡Dio su primera patadita! ―dice mi madre emocionada.

Paúl detiene el coche y voltea a vernos.

― ¿Puedo? ―le dice a mi madre y ella asiente feliz.

― ¡Otra vez lo hizo! ―dice feliz y yo sonrío al ver que sus ojos se llenan de lágrimas, pero de felicidad.

Mi corazón se llena de alegría al saber que, después de todo, estamos bien y felices.

Mauro no logro destruirnos, a pesar de todos sus intentos, porque, nuestra unión y amor de familia, amigos y pareja, pudo con todo.

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Al llegar a casa, el ama de llaves me informa que mi amiga Lucy llego hace unos minutos y que me necesitaba con urgencia. Agradezco el comunicado y voy a la sala a buscarla, sin embargo, ella no está ahí. Veo su chat de mensajes, pero ella ni siquiera me ha llamado ni contestado la foto que le mande...

Subo a mi habitación pensando en que quizás subió a buscarme y, efectivamente, la encuentro adentro, pero buscando algo entre mis cosas. Mi ropa está afuera de mi closet, los cajones de mi escritorio están abiertos y desordenados... todo está en desastre, como si hubiesen entrado a robarme.

― ¿Qué haces? ―digo viéndola confundida.

Lucy, al percatarse de mi presencia, deja de esculcar el interior de mi ropero y me ve con molestia.

¿Ella está enojada?

― ¿Dónde las tienes? ―dice mostrándome el bote de calmantes.

― ¿Para qué lo quieres? ―pregunto caminando hacia ella.

― ¿¡Dónde!? ―me ve con los ojos abiertos más de lo normal. Lucy me observa con enojo, pero más que eso, tristeza.

Sin decir nada, y preocupada por su estado, camino hasta llegar a mi closet y buscar dichas pastillas en el cajón que se encuentra escondido en el fondo.

REINA OSCURA ¿Dónde te escondes? ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora