Alex
Abro los ojos al tener una pesadilla terrible. Veo a mi alrededor y me encuentro en la habitación de Edén... me he quedado dormido.
Me incorporo de su cama y me limpio los ojos y la cara con mis manos, esa pesadilla se sintió tan real. Vi a Edén, herida e inconsciente en el pasillo del instituto, no había nadie más que yo y, aunque intentaba moverme y correr por ella, no podía, era como si una fuerza invisible me detuviera...
Veo la taza de café vacía sobre el buro de Edén y recuerdo que, terminar de beber esa taza llena de café, fue lo último que hice antes de dormir.
Escucho a alguien entrar a la habitación y me encuentro con Regina viéndome precavidamente.
― ¿Cómo estás? Espero que el sueño te haya ayudado a descansar ―susurra inocente, pero yo frunzo las cejas, confundido.
― ¿Cuánto tiempo dormí?
―Creo que seis o siete horas.
Abro los ojos con sorpresa y me levanto de inmediato para buscar las llaves de mi moto y salir en búsqueda de Edén. No puedo creer que haya dormido tanto, sentí que dormí por minutos y no por horas. No puedo desperdiciar mi tiempo y debo dedicarme a buscarla.
― ¿A dónde vas? ―me detiene tomándome por el brazo.
―A donde siempre, a buscar a mi chica.
―Alex, tienes que descansar...
― ¿Más de lo que ya hice? Sabes muy bien que no quiero dormir, Regina. No tuviste que dejarme dormir tanto.
Regina me ve con las cejas fruncidas y su mirada cambia de estar cansada y triste a estar molesta.
― ¿¡Qué no te tuve que dejar!? Alex, yo puse hipnóticos en tu café para que durmieras y pudieras descansar.
La veo con desconcierto, después con molestia.
― ¿Qué? ¿¡Regina, qué te pasa!? ¡No tuviste que hacer eso! ―tomo su brazo y la zarandeo.
― ¡Tenías que descansar! ―exclama molesta―. No has dormido ni comido durante más de 24 horas, Alex.
―Pues es mi problema Regina, no tuyo.
La empujo para salir de la habitación, sin embargo, ella corre y cierra la puerta impidiéndome salir.
― ¡Claro que es mi problema! ¡Eres mi familia, joder! ¡No me voy a quedar de brazos cruzados viendo cómo te destruyes tú solo! ―grita mirándome con enojo.
―Quítate de mi camino ―susurro con la voz tensa, tratando de controlar la rabia que siento contra ella.
― ¡No! ¿Para que salgas y la busques? No, Alex. Sus padres y la policía están haciendo todo lo posible para encontrarlas, y si ellos aún no han podido localizarlas, ¿qué te hace pensar que tú podrás?
Sus palabras solo hacen que mi rabia aumente.
―No te lo repetiré otra vez: quítate.
―Alex... ―me ve, pero ahora, con tristeza―. Si estás en este estado ahora, no quiero ni imaginar cómo te pondrás si Edén está... ―se queda en silencio al comprender su error.
Le rodeo el cuello con mi mano y la aprisiono contra la puerta mientras que la observo con enojo.
― ¿Qué ibas a decir? ―susurro, pero ella se queda en silencio, observándome con tristeza y no con miedo. No es la primera vez que peleamos, tampoco la primera vez que el sujeto de esta forma―. Edén no está muerta, ella está viva y yo la voy a encontrar.
ESTÁS LEYENDO
REINA OSCURA ¿Dónde te escondes? ✔️
Mistério / SuspenseEdén vivía en un mundo de ensueño, convencida de que nada podría destruir su felicidad. Sin embargo, pronto descubriría lo equivocada que estaba. ¿Quién podría haber imaginado que una sola persona sería capaz de desencadenar tantas desgracias en su...