Alex
Alfredo y yo caminamos por los alrededores del terreno. Los policías ya han entrado al confinamiento, en cambio, nosotros nos encontramos rodeando la única salida que hay hacia la ciudad. Nos encontramos en una zona boscosa. Cada uno de nosotros trae consigo un arma, un chaleco antibalas y un radio de comunicación para poder estar al pendiente de todo. Sabemos, gracias a estos radios, que hasta ahora solo han encontrado el cuerpo sin vida de Rafael.
El padre de Edén, en compañía de Paúl, se quedaron vigilando el área norte, mientras que el padre de Vicky con la agente Gil se encargan del oeste, y nosotros: Alfredo y yo, vigilamos el este. Todo estaba tranquilo, hasta que recibimos un mensaje por medio del radio, se trataba del padre de Vicky, quien necesitaba ayuda, ya que había encontrado a Lucy inconsciente y a Vicky con ella, ambas en una cabaña cerca de aquí. Mi primo, sin dudarlo, se dirigió hacia allá.
Yo continué vigilando la zona, hasta que escuche pasos a mi derecha y me gire rápidamente apuntando con la pistola. Abrí los ojos con sorpresa al ver que se trataba de Regina.
― ¿¡Qué haces aquí!? ―digo confundido y enojado.
―No iba a dejarlos solos, no otra vez ―susurra, mirándome con sus ojos llenos de lágrimas.
―Regina... ―no puedo decir nada más, ya que el sonido de un disparo me pone en alerta―. ¡Vete a la camioneta! ―le exijo, quitándome rápidamente el chaleco antibalas para ponérselo a ella―. ¡Eres una necia! ―la regaño con enojo antes de dejarla ahí e ir hacia el origen del estrepitoso sonido.
Corro por el boscoso lugar. El sol ya se ha ocultado y la tenue luz que ofrece el atardecer no es suficiente para evitar que choque con unas cuantas ramas. Me detengo al ver al padre de Edén forcejeando con Rosio, Paúl herido y, al lado de él, Edén de rodillas sobre la tierra.
― ¡Edén! ―grito y corro hasta rodearla y apretarla contra mi pecho. Escucho su llanto y eso me pone en alerta―. ¿Estás bien? ―la escaneo rápidamente con la mirada y ella asiente con la cabeza.
La ayudo a ponerse de pie y, en eso, escuchamos otro disparo. Rosio le ha disparado a su oponente en la pierna...
― ¡Papá! ―grita Edén, logrando captar la atención de Rosio.
Rosio deja de apuntar hacia Ricker y ahora apunta hacia Edén, de inmediato, yo me pongo frente a ella, obstaculizándola ante cualquier peligro.
― ¡Baja el arma, Rosio! ―ordena la agente Gil, desde la distancia.
―Yo no me iré al infierno sin terminar con mi venganza ―susurra con la mandíbula tensa y los ojos llorosos.
Nunca creí ver a Rosio de esta forma...
Jamás imaginé que ella fuera la Reina Oscura...
― ¡Esto, es por mis padres y por mí! ―grita jalando del gatillo. Sin embargo, la bala no entra a mi cuerpo, sino, al de Edén, quien se cruzó en el camino para salvarme.
― ¡No! ―grita el padre de Edén, antes de abalanzarse contra Rosio.
Veo como todo sucediera a cámara lenta...
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Edén
―Yo no me iré al infierno sin terminar con mi venganza ―susurra, viéndonos con una emoción nueva en la mirada: dolor.
Rosio está desesperada, ha perdido el control. No tiene salida, no tiene a dónde ir...
― ¡Esto, es por mis padres y por mí! ―grita y sé lo que está a punto de pasar. Negándome a que Alex resulte herido, me pongo al frente y siento el impacto de la bala contra mi vientre...
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REINA OSCURA ¿Dónde te escondes? ✔️
Mistero / ThrillerEdén vivía en un mundo de ensueño, convencida de que nada podría destruir su felicidad. Sin embargo, pronto descubriría lo equivocada que estaba. ¿Quién podría haber imaginado que una sola persona sería capaz de desencadenar tantas desgracias en su...