Dieciocho

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Un alfa con un cachorrito resultaba bastante atractivo para muchas personas, independientemente de su casta, poder presenciar el estado más sensible de los alfas parecía algo que llamaba bastante la atención, que enternecía los corazones y dejaba una cálida sensación en el pecho de aquellos que pasaron cerca de alguno, lo cual sería beneficioso para Félix, si no fuera porque estaba felizmente casado.

Samuel tenía una nueva misión, pero esta vez se la había dado su mami Samantha mientras se despedía de él dando besos sobre su nariz, a veces el bebé quería saber porque alguien querría tanto llevarse a sus papás, pues sinceramente estaba algo cansado de tener que intervenir, ¿Es qué no entendían que sus papás ya lo tenían a él? Solo le daban más trabajo al pobre cachorro.

Félix se paseaba por el último pasillo que visitaría ese día estando en el supermercado, echando al carrito unas cuantas compotas, sonrió al mirar el contraste de los envases de conserva de fruta triturada junto a sus botellas de cerveza, luego de convertirse en padre su único y verdadero placer era poder llevar unas cuentas a casa, como era bastante mandilón solo podía hacerlo cuando Samantha lo permitía, pues se había vuelto bastante estricta en cuando al consumo de estas en casa, empezando por el hecho de que la omega no lo hacía por obvias razones.

Rodó su carrito, con la intención de formarse en una fila para poder pagar por los productos, podía sentir muchas miradas encima, lo cual no era nada extraño cuando salía solo con su cachorro.

― Eres un imán de personas, ¿Lo sabías? ― le susurró al pequeño, que se aferraba a su cuello, babeando de vez en cuando la tela de su hombro.

"Lo sabía" 

Confirmó el pequeño, a pesar de que realmente no tenía ni idea de lo que era un imán ni el por qué él era uno.

La fila avanzó con rapidez para beneficio de Félix, el cual sintió la penetrante mirada de la cajera a partir del momento en el que comenzaba a colocar sus ítems sobre la banda del cajero.

― ¿Eres padre soltero? ― preguntó y a juzgar por su voz, se notaba bastante interesada ― Siempre es agradable mirar a un padre interesado por su cachorrito. 

Samuel la recorrió con su mirada, como solía hacer siempre, le gustaba echar una miradita solo para comprobar que nadie era más lindo que sus papás.

"Mira, no sé quién eres ni lo que soltera significa, pero no, mi papá no lo es para ti"

El alfa rió con un poco de vergüenza por sus palabras más que todo por lo incómoda que era la situación.

―  Umn, no, estoy casado ― respondió, sonando bastante simpático a pesar de romperle las ilusiones a la jovencita que ya se había creado un fanfic en la cabeza.

En ese oportuno momento su teléfono sonó con el tono que le había colocado a Samantha, para saber cuando era su omega la que estaba llamándolo, se rió en su mente al imaginar que su esposa tuviera algún radar de zamuras, para llamarlo justo en el debido momento, el chico le hizo una seña a la omega contestando su teléfono mientras seguía sacando las cosas del carrito.

― Dime ― dijo al contestar la llamada, sosteniendo su teléfono con ayuda de su hombro, siendo una tarea difícil al sostener al bebé con su otro brazo.

― Félix, trae supresores, ya no tengo, mi celo es pronto y no quiero apestar estos días ― dijo la menor al otro lado de la línea.

― Samantha, ya estoy pagando ― respondió el alfa.

Escuchó a la omega bufar en señal de fastidio, realmente le importaba poco la situación en ese momento.

Félix rodó sus ojos, ¿Es que pretendía que se devolviera a buscarlo? Las personas en la fila iban a molestarse por tener que esperarlo, solo porque su esposa lo había exigido.

Fue en ese momento que la chica miró una oportunidad donde no la había, pero todo movimiento era considerado en el juego del amor ¿No? Entonces decidió intervenir.

― Puedo sostener a tu bebé y tú vas a buscarlos más rápido, iré pasando las comprar, así no te retrasas ― propuso bastante amable.

Félix técnicamente no miraba nada malo en ello, así que con toda la confianza le dejó al cachorro, el cual estaba bastante renuente al soltarlo.

"¿Qué haces? ¿No sabes qué no me debes dejar con extraños? ¡Por eso me gusta venir más con mami!"

― Espera a papá, es solo un momento ya vuelvo ― dijo este dejándolo finalmente en brazos ajenos.

Juró oír el grito que sobresalía del altavoz de su teléfono, un "¿Con quién mierda estás dejando al bebé?" De su adorable mami Samantha.

El enfurruñado cachorro miro a la mujer que lo sostenía, concentrada en pasar la compra de su papá bajo la atenta mirada indignada de los otros clientes, que muy bien sabían el porqué de su favorcito.

― ¿Y cómo te llamas precioso? ― le habló con una voz bastante juguetona, pero él decidió voltear su cara con intenciones de ignorarla.

"Permíteme avisar que en este momento estoy haciendo popo encima de ti"

Así era, Samuel se tomaba muy en serio cada una de sus misiones, y hacía lo que tenía que hacer para poder cumplirlas.

Minutos después la mujer le devolvía al niño con el problema en el pañal, simulando una amigable sonrisa, Félix agradecía por el gran favor.

― Y entonces ¿Me dejas tu número? ― preguntó la chica.

Félix simplemente rió por el atrevimiento de la mujer.

― ¿Para qué?

"Ay papi, lo que tienes de guapo lo tienes de tontito también ¿Verdad?"

Baby Thoughts || Riverducción || Omegaverse || AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora