Once

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Juan mantenía su vista fija sobre Samuel, el pequeño se encontraba sentadito en el sofá, manteniendo su espaldita recostada porque muchas veces se iba de lado, tenía su chupón en la boca y no podía dar una imagen más angelical, eso era muy sospechoso para Juan.

"¿Por qué estás tan obsesionado conmigo?"

El pequeño Samuel tenía un puñito cerrado sobre su camisa, un poco nervioso por la mirada de Juan, pues el chico tenía varias razones para sospechar que él no pensaba como un bebé común, aunque quizás solo era exagerado, Samuel seguía siendo un pequeño inocente.

― Juan, cuando te dije que miraras a Samuel un momento no era tan literal ― la tía Abril volvió a aparecer, quien sabe a dónde se había ido, aunque el biberón en su mano le daba una pequeña pista. 

"El tío Juan es raro, tía Abril, me causa escalofríos"

Abril tomó a Samuel para poder sentarse en el sofá y colocarlo en una posición correcta para tomar su alimento, y el pequeño bebé se sentía feliz en los brazos de su tía, recibiendo su atención como siempre debía ser, acercó el biberón a su boquita luego de quitar el chupón y Samuel hacía todo el trabajo.

― Es que te digo que ese bebé sabe más de lo que aparenta ― acusó el alfa, no era que tuviera algo contra el cachorrito, pero simplemente parecía ser que ese pequeño si sabía muchas cosas y entendía muchas otras.

"¿No me digas? JAJAJAJA"

― Ahg, tú eres él que lo molesta ― regañó Abril ― Siempre estás acusando al pobre bebé.

Samuel quiso sonreír, pero si sería sospechoso, así que siguió concentrado en su biberón, como si estuviera ajeno a la platica que la pareja mantenía, se sentía un poco mal por tío Juan, pues él tenía algo de razón, pero no haría nada al respecto.

― ¿Entonces cómo explicas que te marca con su aroma?

"No hay explicación tío Juan, te estoy declarando la guerra"

Abril se rio por lo dicho por su compañero y volvió su vista al bebé, que tenía su pequeña manito sobre la suya en el biberón, era exactamente como los bebés lucían, no entendía la insistencia de su alfa, en ciertas ocasiones, Samuel solo era un tierno cachorrito que la quería mucho.

― No me digas que esto es por celos Juan ― se burló la omega, es que no podía ser tan estúpido.

― ¡No es eso! ― se defendió ― es que él parece que me odia Abril, y te quiere mucho a ti.

"Ay, no te odio viejo, no te agüites"

Samuel le sonrió por sus palabras y recostó su cabeza en el hombro del alfa, mientras el bebé seguía comiendo, el alfa lo observó un rato y sin pensarlo mucho dejó un beso en su frente, bueno quizás si estaba exagerando con el tema de Samuel, tal vez solo era su imaginación.

"¿Y yo estoy pintando o qué?"

― Él te quiere, solo que no es un bebé fácil ― animó la omega, tenía la sospecha de que en el fondo Juan solo necesitaba que el bebé se encariñara más con él.

El alfa no respondió, solo dejándose llevar por el ambiente familiar que parecía haberse creado, uno que le hizo anhelar su propia familia en un futuro.

―  Oye, saliendo del tema, ¿Crees que Amairani ya haya dado a luz? ― preguntó curiosa la chica, separándose de su pareja. 

― Mmm no lo sé, si Samantha no ha llamado... ― respondió el alfa.

Claro, la razón por la que Samuel se encontraba ese día junto a sus tíos era porque Samantha tuvo que llevar al hospital a Amairani, que se encontraba ese día en la casa de su amiga, y eso solo significaba una cosa, su esclavito estaba llegando y él estaba muy contento.

Unos minutos después el cachorrito terminó de comer, había quedado tan lleno que en serio solo quería eructar y dormir como un angelito.

― Ten, sale palmaditas en la espalda, yo iré al baño ― la omega le pasó con cuidado al pequeño, sentía que si lo apretaba vomitaría de tanto que había comido.

El alfa tomó al pequeño adormilado, y lo recostó en su hombro, luego de haber colocado un pañito en él por si acaso, y con suavidad comenzó a palmear su espaldita, escuchando los dulces y adormilados balbuceos del menor, después de varias repeticiones, por fin pudo oír el esperado eructo. En ese momento lo acomodó de un modo diferente, acostándolo en sus brazos meciéndolo, viendo sus pequeñas y adorables facciones, como sus ojitos se cerraban poco a poco.

― En serio es adorable ― dijo el alfa, dando un toquecito en su nariz, con lo que no contaba era que él tomaría su dedo en su pequeña manita, transmitiendo un ameno sentimiento al mayor. 

Tal vez el pequeño Samuel no era tan malo como pensaba.

Y claro, queda demostrado que todos lo amaban, Samuel el amo de todos.

Baby Thoughts || Riverducción || Omegaverse || AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora