Veintiuno

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Lágrimas corrían por las mejillas de la omega mientras su cabeza descansaba sobre el pecho de su alfa, mojando su camisa, el mayor no estaba muy diferente de ella, luchando por retener sus propias lágrimas, mirando la escena que se reproducía en el televisor.

― No, ahora va a morir ― expresó Samantha con tristeza, apuntando a su dedo, en la escena se veía como la chica abrazaba al hombre, ambos de rodillas en el piso, mientras lloraba desconsoladamente.

Samuel no entendía nada, porque su mami lloraba y su papá estaba a punto de hacerlo, quería llegar hasta ellos para darles un besito , de seguro eso los haría muy felices, dejarían de llorar y de prestarle más atención al televisor, lo tomarían en brazos y dormirían los tres juntos como debía ser, gateó dispuesto a llegar al sofá, sentándose en espera de que alguno se tomara la molestia de subirlo al mismo, pero a pesar de estar allí sentado algunos segundos, mirando hacía arriba eso no ocurrió, la atención de ambos estaba totalmente centrada en el tonto televisor.

"¿A caso me están ignorando?"

Molesto, él mismo decidió tomar cartas en el asunto, tomó la tela del pantalón de su papá, empuñando su manita tomó la fuerza necesaria para comenzar a levantarse, apoyándose también en el borde del asiento del sofá.

Félix al sentir la presión miró hacia abajo, sorprendiéndose al encontrar a su cachorro de pie, apoyado en el sofá, mirándolo con su típica inocencia.

― ¡Mira Samantha! ― exclamó con emoción el alfa hacía su omega que seguía con la cabeza sobre su pecho.

― Lo sé, lo sé, se está desvaneciendo ― respondió esta, sorbiendo su nariz ante la escena del dorama.

Félix en cambio tomó su mentón haciendo que lo mirara, ante tal acción iba a reclamarle por hacer que se perdiera lo poco que quedaba del capítulo, pero su esposo le hizo mirar a un costado de sus piernas, dónde el bebé seguía de pie babeando su mano libre echa puño.

― ¡Bebé! ― casi gritó al verlo allí apoyado.

Samuel se exaltó ante el tono usado por su mamá, haciendo que se desestabilizara y cayera sentado sobre su pañal, del susto hizo un puchero que en segundos comenzó a temblar, transformándose en un llanto.

"Estúpida, me asustaste"

Félix fue rápido en inclinarse para tomar al bebé, sentándolo en sus piernas a la vez que lo mecía intentando calmar su rabieta. 

― Aww bebé lo siento, mami se emocionó mucho ― dijo Samantha, pasando sus dedos cerca de sus ojitos, limpiando sus lágrimas de cocodrilo.

"Sé que soy genial, pero más consideración, mujer, sigo siendo un bebé pude haber muerto"

― Mamá mala, mamá mala ― regañó Félix en broma a su esposa, con la intención de hacer reír a su pequeño cachorro.

― aba ― imitó Samuel entre tiernas risas.

Ambos padres se miraron entre sí para luego estallar en risa por los regaños del pequeño, era un alivio escucharlo decir otra cosa, sentían que iban a volverse locos por escucharlo decir "Abi" todo el día desde aquella vez que aprendió a decirlo.

Estaba aprendiendo tan deprisa que daba algo de escalofríos que el tiempo pasará tan rápido, su bebé estaba creciendo y ellos eran unos padres orgullosos de que siendo tan pequeño fuera tan inteligente.

― ¿Estás regañando a tu mamá? ― preguntó la omega intentando sonar intimidante ante su bebé, pero este solo la veía y reía.

― aba ― señalo con su pequeño dedo está vez.

Samantha enternecida besó el dedito y seguidamente tomó al bebé de los brazos de Félix, para abrazarse a él y llenar su cabeza de besitos, deleitándose por el aroma de champú de bebé, acompañado de sus balbuceos inentendibles.

― Samuel merece un premio no ¿crees? Ahora que ya puede ponerse de pie solito y aprende a hablar más rápido ― dijo el alfa hacia su esposa.

"Um, ahora si nos estamos entendiendo, ¿Qué tal un poco más de leche con chocolate? O de eso que te dice mami que no me des pero igual lo haces ¿Cómo es que se llamaba?... ¡Dulce!"

Samantha asintió de acuerdo con su alfa.

― Tienes razón, este bebé precioso se ganó un delicioso...

"¡Pastel de chocolate!"

― ¡Puré de zanahoria!

La emoción en las caras de Félix y Samuel desapareció y ambos formaron el mismo puchero totalmente decepcionados con la idea de premio que tenía Samantha.

"Nah, esa chingadera yo no la quiero"

Esa vez Samuel se arrepintió de haber sido tan genial.

Baby Thoughts || Riverducción || Omegaverse || AdaptaciónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora