El llanto de Samuel hizo a Samantha suspirar pesadamente, contó hasta tres tranquilizarse, no podía perder la paciencia con su lindo y adorable bebé, así que rodó atrás su silla nuevamente, dejando la computadora donde se encontraba a punto de realizar su trabajo.
Desde que quedó embarazada, supo que no iba a poder volver a su trabajo en la empresa, porque la verdad no quería descuidar a su pequeño, ni dejarlo en manos de otros, simplemente quería aprovechar a su bebé mientras crecía y sabía que con todas esas horas de trabajo no iba a poder, así que optó por una opción más viable, trabajar desde casa.
Llegó hasta su habitación y en medio de su cama se encontraba Samuel, pataleando con desespero, aún no podía voltearse solito y eso lo inquietaba más. Caminó con rapidez para tomarlo en brazos y comenzar a mecerlo logrando que se calmara.
― Bebé, ¿Qué sucede? Te estás portando mal hoy, no dejas a mami trabajar ― Decía con voz suave, mientras secaba aquellas lágrimas que caían por sus pálidas y abultadas mejillas.
"¡Me mentiste mami! Dijiste que dormirías conmigo, pero cerré los ojitos unos segundos ¡Y ya no estabas! Me sentí burlado por mi propia sangre"
La omega estaba cansada, tenía que realizar las tareas del hogar, cuidar de su trabajo y encima de Samuel, que la verdad no estaba siendo fácil de tratar aquel día, estando muy dependiente de ella, quizás se debía a que aún no había dejes de los síntomas de sus primeros dientecitos.
Samuel que descansaba su cabeza en el hombro de la omega estaba desconfiado, sabiendo que si cerraba los ojos, su mami se iría, y no quería eso, quería sentirla cerca, sentir su aroma y como su omega lo arrullaba hasta sentirse protegido.
"No me dejes, por favor mami"
Pero no aguantó mucho cuando sus pesados parpados se cerraron, perdiendo así la batalle contra el sueño. Samantha esperó unos minutos y lo colocó nuevamente en la cama, dejando esta vez la camisa del pijama que había usado en la noche a su lado, ya que esta contenía su aroma, lo que podría relajar al bebé por un tiempo.
Cuando por fin se pudo sentar a gusto en su silla celebró internamente, Samuel había estado muy pegado a ella ese día específicamente, así que era feliz de al fin tener un momento de paz. Revisó en su computadora encontrando que tenía varios clientes, pues Samantha se dedicaba a las ventas por internet, tenía una tienda online de varios objetos.
Varias horas después Samantha terminaba de doblar la ropa limpia y se sentía verdaderamente cansada, pero satisfecha con la casa limpia y todo en su lugar, además de haber sido un buen día para las ventas. Justo cuando por fin se sentó en el sofá, escuchó la puerta siendo abierta, su esposo había llegado.
Félix se adentró a su hogar, siendo recibido por el olor a limpio y el suave aroma de su omega, pero aun así venía cansado, así que no pudo reparar en estas cosas. Cuando estuvo en la sala de estar pudo observar a Samantha recostada a lo largo del sofá, con sus ojos cerrados, y su rostro trasmitiendo una hermosa paz.
― ¿Cómo te fue? ― preguntó el omega, aún sin abrir los ojos, extrañando a su alfa.
― Bien, concretamos el negocio del departamento que te dije el otro día.
― Genial ― respondió, realmente sin muchos ánimos de continuar la plática, simplemente quería dormir.
Félix era agente inmobiliario, su trabajo proporcionaba buenas ganancias y a pesar de que no tenían un estilo de vida lujoso, se podía decir que económicamente se encontraban bastantes estables.
El alfa lanzó su saco a uno de los muebles, Samantha trató de verse imperturbable, aunque debía confesar que el hecho la descolocó, debido a la reciente limpieza que había realizado.
― ¿Qué hay de cenar? ― cuestionó el mayor, que se encontraba hambriento.
― No he cocinado aun ― contestó la omega, por din abriendo sus ojos, y siendo afectado por la luz que dio en ellos, costándole un poco acostumbrarse nuevamente.
― Uh, bien, pero tengo hambre, haré arroz, rápido y eficaz ― dice Félix, que se disponía a caminar hacía la cocina, con un poco de pereza en su andar, también se encontraba cansado.
En ese momento pudieron escuchar un llanto infantil, lleno de búsqueda de atención, el pequeño Samuel había despertado solito y en su cuarto oscuro, cosa que parecía odiar.
― Félix, ve por Samuel ― dijo de inmediato la omega, que sollozó fingidamente ante la idea de levantarse del sofá.
― Ve tú, estoy cansado ahora, apenas puedo con levantar la bolsa de arroz ― respondió mientas sacaba una olla que utilizaría para preparar la cena.
― También estoy cansada ― se removió en el sofá, de forma que su pecho tuviera contacto con este, mientras seguía escuchando el llanto del pequeño.
Félix frunció el ceño mientras colocaba la olla sobre la cocina. Ese día estaba tan estresado debido a que el cliente era tan terco y difícil de tratar que lo dejó definitivamente no podía terminar en nada bueno.
― ¿Cansada de qué? ¿De estar en casa?
Y Samantha intentó por todo lo que amaba no ofenderse con esas palabras, pero falló olímpicamente, ¿Qué trataba de decir el alfa? ¿A caso esteba menospreciando su esfuerzo?
― ¿Cómo que de estar en casa? Yo también trabajo, me encargo de la limpieza y además de Samuel, y a verdad no es tan fácil como crees ― contestó a la defensiva, levantándose de una vez del sofá, pues el pequeño no dejaba de llorar.
Félix soltó una risa sarcástica, que no le cayó para nada bien mientras iba por el bebé. Samuel que estiraba sus bracitos en búsqueda de ser tomado, y abría sus manitos volviéndolas puños después, como si estuviera llamándola. Samantha no tardó en tomarlo. Regresando a la sala minutos después.
― No sé de qué te quejas si la verdad les he dado una buena vida.
― ¿Y eso qué tiene que ver? ― dijo, esta vez sintiéndose molesta por la actitud del mayor ― No quieras venir a decir que lo que yo hago en esta casa no puede agotarme porque estás equivocado, y me ofende que estés pensando de esa forma.
"Que pedo, que pedo"
Samuel frotaba uno de sus ojitos con el puño, sin entender que sucedía al rededor y porque mami empezaba a oler menos dulce de lo normal.
― Solo digo, que tienes comodidades Samantha, yo tengo que estar de un lado a otro y lidiando con personas que a veces no son fácil de llevar ¿Me entiendes?
La omega seguía sintiéndose molesta, su esposo estaba comportándose como un idiota, y nunca lo había oído hablar así en los años que llevaban juntos.
― Estás siendo ridículo, Félix ― dijo acomodando mejor a bebé confuso en sus brazos, dispuesto a irse a irse a su habitación, no queriendo quedarse a discutir.
― Ya, tú solo te quejas ¿Qué quieres que haga? ― el mayor se apartó de la cocina, dejando la estufa encendida.
Samantha lo ignoró caminando hasta la habitación que compartían con Samuel en brazos, quien se aferraba a su blusa, sin entender, pero asustado por el tenso ambiente que se sentía.
― Ahora estás siendo infantil.
Y la omega cerró la puerta, no quería seguir escuchándolo.
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Baby Thoughts || Riverducción || Omegaverse || Adaptación
FanfictionNadie sabía ni era capaz de saber que existía un mundo de pensamientos en la cabecita de Samuel, el bebé de Samantha y Félix. Historia original de @borahaex Omegaverse Fluff ✨. 🥈 Riverducción 14/08/24 🥇Sebari 14/08/24 #9 Producción 06/11/24