Ambicioso. La Otra Cara De La Historia.

Cap. 10. Mortífagos.

Todo fue peor de lo que cualquiera se habría podido llegar a imaginar. Severus vio como Regulus entraba en un completo y absoluto pánico, y como lo acusaba de traición desde la distancia. En silencio.

Regulus no iba a creerse que Severus no había sabido nada sobre sus padres antes. Había sido una emboscada. Todo pareció aún mucho más preparado cuando el Señor Voldy lo mandó tomar asiento junto a ellos. Quería morir.

Miró unos segundos a la nada, después a su novio y asintió en silencio. Podía verse desde fuera como algo había hecho "click" en su cerebro. Hasta Lucius había hecho una mueca al notarlo. Severus pudo ver a Reg cambiar completamente de semblante, y hubiera jurado que se parecía mucho más a Sirius Black que nunca.

Tenía esa mirada de odio profundamente arrogante, se veía altivo y orgulloso. Todo fachada, pero el chico rodeó la mesa con calma, dejó un apretón en el hombro de Evan al pasar junto a él, y se sentó en medio de sus padres.

Les sonrió a ambos.

-Papá, mamá, un gusto volver a veros-.

No se molestó en saludar a Bellatrix, que estaba haciendo un gran escándalo. Narcissa estaba completamente horrorizada y los demás no se atrevían ni si quiera a respirar demasiado fuerte. Estaban presenciando el... regreso de Regulus Black al lado oscuro, o algo así. Dentro de todo ese caos Severus estaba disfrutando ligeramente de poder apreciar un poco más esa faceta oscura y medio trastornada de Regulus. Le gustaba. Su lado arrogante era mucho más atractivo que el vulnerable, sin lugar a dudas, aunque estuviera actuando.

Sin embargo no engañaba a nadie. Ni a  Severus, ni a Evan, ni a Narcissa y mucho menos a Voldemort. A sus padres quizá un poco, y a Barty y Lucius no les importaba lo suficiente como para conocerlo.

Esta vez Severus sí se tomó el tiempo de atender quién se encontraba en la reunión, porque eventualmente tendría que decírselo a Dumbledore y traicionar a toda esa gente que aunque fueran personas horribles lo habían tratado como familia. Sí notó a Peter Pettigrew esta vez, y quería matarlo él mismo por ser un traidor asqueroso. Un mal amigo. Tenía que avisar a Dumbledore en cuanto lo viera, en la reunión de la Orden de esa misma tarde.

Peter era un chico inútil y Severus no entendía cómo había llegado hasta aquí, estaba seguro de que debió haberse cargado a alguien para haber podido entrar en este lugar, no había otra forma de que Voldemort hubiera tenido interés en él. Tuvo que haber realizado algún encargo complicado, no había de otra.

Estaba deseando venderlo a Dumbledore, ¿pero qué iba hacer cuando tuviera que mencionar a Lucius y Barty?, o a Evan y Narcissa, lo cuál era incluso peor. No quería vender a sus amigos. Podía traicionar a Avery y Mulciber, no tenía una relación tan cercana con ellos como años atrás, pero no al resto. No diría nada hasta que fuera inevitable, no iba a ponerlos en peligro. Seguramente Dumbledore mandaría a algún mercenario como Sirius Black (o a uno que no estuviera drogado todo el tiempo) a darles caza.

Voldemort notaba mucha tensión en la mesa, más que de costumbre. Especialmente le llamaba la atención Severus, que intentaba aparentar tranquilidad pero estaba histérico. También podía notar a Barty y Evan intercambiar miradas, a
Walburga y Orion Black completamente desubicados, y a Pettigrew muy sorprendido por la visita de Regulus.

Regulus...

Él parecía estar procesándolo todo. Voldemort sabía que le faltaba información, pero no iba a instigar a los chicos ahora para que se lo hicieran saber. Ya tendrían tiempo, por el momento necesitaba asegurarse del reclutamiento de 3 miembros importantes. Y Peter Pettigrew.

Supuso que debería empezar por Regulus, porque no se fiaba de él. Podía no estar muy convencido o tener demasiado miedo de recibir la marca después de ver el dolor que provocaba en alguien más. ¿Y qué haría si Regulus se negaba?, tendría que matarlo, naturalmente. Pero ahí estaban sus padres... y tal vez no les sentaría demasiado bien. Y sería hacerle un feo a Barty, que se había molestado en traerlo hasta aquí de nuevo. Y Barty era un miembro valorado; inteligente y explosivo. Le gustaba su carácter, además, tener problemas con Barty era tener problemas con Rosier, y realmente apreciaba a esos chicos, no le gustaría tener que matarlos después.

Voldemort golpeó la mesa, furioso. ¿Desde cuándo tenía que ser tan políticamente correcto?. Debería matarlos a todos y dejarse de tonterías. Debería... debería cargarse a Narcissa y dejar las cosas claras. Solo porque sí, como aviso para todos.

Pero no, no hizo eso y siguió el plan inicial. Llamó a Regulus Black y trató de mostrarse amable y no exasperado por lo inhumanamente lento que decidió responder el chico. Ya le apetecía matarlo, probablemente lo hubiera hecho si no le hechizara ese porte tan elegante de clase alta que tenía. Era un gusto observar a Regulus, un digno descendiente de los Sagrados Veintocho.

No quiso hacerlo sufrir demasiado, como probablemente sí haría después con Pettigrew por mera diversión. Sin embargo el dolor era inevitable. Una marca oscura como esa suponía todo un sacrificio, ciertamente.

Notó cómo Regulus buscaba a Severus y este miraba hacia otro lado. No volvió a mirarlo, ni si quiera cuando el chico gritaba arrodillado en el suelo. Voldemort no pudo disfrutarlo ni un segundo, estaba preocupado ahora percibiendo todas las cosas que se le habían escapado durante a saber cuánto tiempo. Le estaban ocultando información y no sabía quiénes exactamente ni por qué.

Regulus eventualmente dejó de llorar, pero hacía rato que al Señor Oscuro ya no le interesaba lo suficiente para fingir preocupación, ya era suyo y ser agradable no era una obligación, solo una cortesía de la que ninguno solía disfrutar. Procedió con los demás y propuso una fiesta de bienvenida, pero la idea no fue lo suficientemente bien acogida y procedió a desquitarse con alguien, eligió a Mulciber. Era complicado decidir ahora, debería... Prohibir las relaciones entre mortifagos, eran un dolor de cabeza.