Cap 7. Sirius Black.

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Sirius miró a su hermano, él también había cambiado. Quizá era solo la ropa, de muggle sin ningún tipo de estilo o gusto por la moda. Y el pelo estaba... ¿Mas corto?, ¿Largo?. No hacía tanto que no veía a Regulus, pero maldición, estaba jodidamente drogado y no podía pensar con claridad. Lo invitó a acompañarlo un rato; dar una vuelta o ir a su casa. Regulus prefería quedarse y charlar allí. Estaba exhausto de tanta interacción social innecesaria, había sido un día largo y agotador para él aunque no hubieran hecho gran cosa.

Pero Severus le prohibió que dejara pasar a Sirius con una mirada fulminante, no iba a ceder. Esa era su casa y aunque la compartía gustoso con su novio no iba a dejar que metiera a sus acosadores del colegio dentro, había unos límites.

Pudo ver como Regulus cortocircuitaba allí mismo, y de no haber sido su novio y estar tan jodido incluso podría haberse reído por ello. Notaba como lo seguía mirando con esos ojitos suplicantes de cachorro incluso cuando él había dejado de mirarlo. Prefería despreciar un poco más a Sirius antes de cerrar la puerta y dejarlos a ambos fuera. Ya volvería cuando se cansase de ese tipo excéntrico.

Era un egoísta por si quiera plantearse el hecho de que podría traerlo a casa. A Severus le importaba una mierda que fueran hermanos, Regulus debería estar de su lado en eso. La familia no se elige, la pareja sí. Y si iba a elegir a su hermano pues que lo hiciera fuera, a una distancia prudente de su casa.

De todas formas tenía la certeza de que volvería pronto. Lo había observado todo el día y no creía que Regulus fuera a durar mucho más fuera.

-¿Sales con ese capullo?-.

No podría creerlo, cuando James le contó lo de esa mañana realmente creyó que se la estaba jugando.

-Eso deshonra mucho más a la familia que yo-.

Era hilarante. Regulus Black saliendo con un mestizo, uno asquerosamente pobre y desagradable.

-¿Dónde quedó eso de "Toujours pur", Reggie?-. (Siempre puro, el lema de la familia Black)

Pronunció Sirius con un francés irritantemente perfecto. El chico se estremeció, aún podía oír a su madre diciéndolo.

-¿Has venido para burlarte de mí?-.

Joder. A Sirius le pareció adorable. Regulus estaba muy pequeño todavía, no sabía cómo había ido a parar con el mamón de Snape pero estaba claro que su lugar no era ese.

-He venido para llevarte a casa, a mi casa, conmigo y Remus-.

Regulus negó. Seguían frente a la puerta de la casa de Sev y podía apostar lo que quisiera a que el chico los estaba escuchando del otro lado. Él habría hecho lo mismo.

-Estoy bien aquí, gracias-.

No quería sonar desconsiderado pero no se fiaba una mierda de Sirius. Lo quería muchísimo pero lo había abandonado y no había día que no pensara en ello y quisiera morirse. Y Remus le caía como el culo. Era un pedante, parecía creerse la única persona sobre la faz de la tierra que leía. Y lo cierto es que lo hacía todo el tiempo. Durante sus años de Hogwarts no hubo ni una sola vez que no viera a Lupin con un libro entre las manos, pero eso no le daba derecho a ser un imbécil arrogante.

Aunque él y Severus también fueran... unos imbéciles arrogantes. Y también Sirius, bueno, y ni hablar de Potter. El punto es que Lupin no lo había tratado genial. Tampoco lo trató como a Severus pero el desprecio era evidente. Regulus sabía que salía con su hermano y aún así Lupin jamás se dignó si quiera a mirarlo. Lo máximo que había recibido de él habían sido un par de empujones al pasar por su lado.

-Vamos a mi casa, aunque no te quedes. Hace un frío de cojones en este barrio de mierda-.

Sirius podía esforzarse por aparentar ser un muggle cualquiera pero lo cierto era que la aristocracia corría por sus venas. Era un idiota pretencioso.

Ambicioso. La Otra Cara De La Historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora