Las vacaciones de Navidad estaban cerca, a penas faltaban unos días. Ninguno de los dos niños estaba muy emocionado por volver a casa; era cierto que Draco era un niño de mamá y que en Hogwarts no lo estaban tratando genial, pero su vida en la mansión era aburrida y estricta, y además echaría de menos ver a Harry diariamente. A Harry, por su parte, le daba un poco igual; no le apetecía mucho volver con su tío Sirius pero quizá tuviera suerte y Regulus y Severus le dejaran quedarse con ellos.
Severus se negó. Eran sus putas vacaciones, y entendía que Regulus pudiera planteárselo, pero él no. No era padre y no quería serlo, suficiente se hacían cargo ya de esos niños.
-No seas exagerado, Regulus, Lupin lo cuida perfectamente bien-.
Aunque fuera un hombre lobo potencialmente asesino. Severus siempre insistía en quedarse con Harry las noches de luna llena, por si acaso, pero el resto del tiempo no.
-No me gusta cómo lo cuida mi hermano, es muy irresponsable-.
A Harry le habían pasado millones de cosas por las que casi moría bajo el cuidado (o más bien falta de él) de Sirius, aquí va una lista de las más graves:
-Harry bebió a escondidas más de media botella de vino cuando tenía 4 años.
-Harry casi se ahoga en el mar porque estaba sin supervisión a sus 6 años.
-Sirius olvidó a Harry en el coche por un día a sus 3 años.
-Harry se rompió el brazo porque Sirius lo dejó bajar un monte en bicicleta a sus 8 años. Harry nunca había montado en bicicleta.
-Harry cogió neumonía porque Sirius lo olvidó fuera de la casa; durante la noche, en invierno, lloviendo.
-Harry se enfermó por solo comer chocolate durante días. Sirius no hacía la compra.
-Harry se perdió en la ciudad. Apareció en un callejón de drogadictos. Eran amigos de Sirius. Esto pasó más de una vez.
-Sirius dejó encargado a Harry de pagar la droga a domicilio a su camello de confianza. A sus 10 años.
-Harry bebió detergente porque tenía un color bonito.
-Harry se abrió la cabeza porque saltó desde una mesa después de ver una película de superheroes. Sirius pensó que era Squib porque su magia accidental no lo protegió.
-Harry mordió a un perro después de que el perro lo mordiera a él. El perro era Sirius.
Regulus suspiró.
-Sev... por poco que te guste somos sus padres, tienes que superar lo de James y aceptarlo-.
Severus se sintió muy ofendido.
-Supera tú el abandono de tu hermano ya que estamos, que lloras literalmente todas las noches por lo mismo. ¿Te pegaban tus padres?, ¡supéralo, no eres el único!, ¿estabas solo?; bienvenido al club. ¿Querías morir?, yo lo intenté primero. No eres especial, Regulus. Supera tú tus mierdas y deja de ser un jodido hipócrita, te aseguro que no estás ni estarás en condiciones de criar nunca a ningún crío-.
En defensa de Severus... no estuvo bien decirle que superara a James Potter.
Regulus lo miró a los ojos, en silencio. Severus había cruzado la línea del respeto básico una vez más.
-Disfruta tus vacaciones, porque yo lo haré en casa de Evan-.
Severus no necesito más que eso para que lo invadieran los celos. Tenía que elegir a Evan... con lo guapo e inteligente que era. Pero claro, Regulus tampoco tenía más amigos actualmente... Joder. Debió haberse callado por mucho que pensara todo lo que dijo.
Evan recibió de muy buena gana la noticia, y aprovechó él mismo para echar a Barty de casa durante Navidad. Estaban peleados (como siempre), porque Barty había arruinado algo en lo que el rubio había estado trabajando un tiempo.
Barty pasaría las vacaciones con Severus entonces, en la Hilandera. A ninguno de los dos hombres les hizo ni puta gracia, eran buenos amigos, sí, pero disfrutaban de su privacidad y tenían personalidades muy diferentes.
Mientras los adultos ultimaban sus planes de vacaciones de última hora los niños aprovechaban para despedirse. Antes de terminar el colegio y tener que subir al Hogwarts Express, Harry y Draco decidieron darse unos regalos en la torre de astronomía. Draco estaba sentado en el suelo, sujetando un paquete entre sus manos (protegidas por guantes) cuando Harry llegó. Se sentó a su lado y lo empujó un poco, suave, jugando. Estaban tonteando y era muy injusto para Draco porque Harry no era capaz de sentir nada.
Ninguno de los dos niños prestaba atención a la guerra de bolas de nieve que estaba teniendo lugar afuera, encabezada por los gemelos Weasley y con un blanco claro, el profesor Snape.
Draco le entregó el regalo a Harry pero le pidió que lo abriera en privado, lejos, donde él no pudiera morir de vergüenza. No estaba muy acostumbrado a ese tipo de muestras de afecto.
Harry no se había esforzado tanto en conseguir una caja y un papel de regalo bonito. Él no era así y nunca podría llegar a tener la delicadeza y elegancia que tenía Draco para los detalles. Rebuscó en su bolsillo y sacó una cadena con dos pequeños colgantes; un león y una serpiente. No había sido difícil de conseguir pues solo tuvo que comprar un collar de Slytherin y otro de Gryffindor, y esos estaban por todas partes en Hogsmade. Los juntó para Draco; eran ellos dos.
Se acercó al chico y se la colocó al rededor del cuello. No necesitaba mucha explicación. Draco... él estaba fuera de combate. No podía pensar, no sabía... nada. No sabía ni siquiera cómo se respiraba.
-Vaya... estás todo rojo por el frío-.
Harry se divertía, era evidente. Podía hacerse el tonto y el despistado, pero estaba muy claro lo que hacía. Le gustaba tener a Draco detrás de él, le gustaba tener a todo el mundo detrás de él.
Acarició sus mejillas; completamente rojas por el frío y la actitud de Harry. Draco tenía la certeza de que el chico de gafas iba a besarlo en ese momento, y no se equivocó.
Draco cerró los ojos y rezó internamente porque Harry ignorara que temblaba como un flan. Eran solo unos niños, pero Harry parecía tomárselo todo con muy poca importancia. Besó al chico rubio sin pensarlo demasiado.
Se rió un poco cuando se separó, no había sido nada más allá de un pico. No tenían más de 11 años. Le revolvió el pelo a Draco y se burló un poco "vaya cara de tonto". A Harry esas cosas no le daban vergüenza, había sido criado por Sirius y Remus, y Regulus y Severus. A los segundos no tanto como a los primeros, pero los había visto besarse cientos de veces. No le parecía nada extraño.
Draco estaba muy nervioso. Sentía que el corazón se le salía del pecho, era el mejor día de su vida y no quería que Harry se fuera, estaba absurdamente enamorado para ser tan pequeño.
Por su parte Harry... él no sentía nada.
No tenía la capacidad de hacerlo. Quería a Draco, pero de igual forma que a sus otros amigos o sus padres. No podía amar a nadie, y aunque aún era muy pequeño... no parecía que eso fuera a cambiar en el futuro.
-Disfruta de las vacaciones, Dray-.
Se fue sabiendo que el chico no podría pensar en nada más durante todas la Navidades. Harry quería que así fuera, se ahorraba la preocupación de que el niño pudiera conseguir otros amigos mientras no estaban juntos.
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Ambicioso. La Otra Cara De La Historia.
Fanfic¿Por qué a nadie le gustan mis ships?, mis ships: La vida de Severus Snape es ligeramente diferente a cómo James Potter y Sirius Black siempre se hubieron imaginado. Inevitablemente se adentró en la oscura organización de los mortifagos, pero en el...