Severus y Regulus no tuvieron a penas tiempo para procesar lo que había pasado. Dumbledore los había citado esa misma tarde para la reunión de la Orden, necesitaba tenerlos controlados.
Regulus no dejó de mirar la marca en su brazo durante el resto de la mañana. No le desagradaba y se sentía bastante "cool", él había querido hacerlo durante mucho tiempo; había sido horriblemente doloroso y había odiado ver a sus padres, pero fuera de todo eso... no detestaba ser un mortifago. Tenía sentimientos encontrados con las ideas sobre la pureza de la sangre, aún no sabía muy bien de qué lado estaba. Le gustaba la idea de ser "de los buenos" como Sirius pero el rollito gótico supremacista que se traían los mortifagos realmente le había gustado. Era muy crío para valorar objetivamente la situación y entender todo lo que implicaba. Él solo quería estar con Severus, y ahora con Evan también.
-¿Estás bien?-.
Preguntó Severus, que estaba acojonado. No entendía como alguien podía sobrevivir con esa cantidad de estrés pero lo estaba consiguiendo. Estaba mentalmente agotado, el esfuerzo psicológico que iban a requerir las reuniones de los mortifagos a partir de ahora era inviable, no podía permitirse que Voldemort pudiera leer lo que pasaba por su mente. ¡Y no solo por la suya!, tendría que enseñar oclumancia a Regulus también.
Y... estaba muy preocupado porque realmente no quería ser profesor de pociones. Era una tontería teniendo en cuenta todo lo que tenían encima en ese momento, pero no podía evitar pensar que en a penas una semana iba a estar dando clases a chiquillos insoportables de una materia que él mismo aborrecía. Había sido bueno en ella durante sus años en Hogwarts, probablemente el mejor de su curso, pero no le motivaba lo suficiente para dedicarse completamente a ello.
-Me ocultaste lo de mis padres-.
Lo acusó Regulus. Severus se tomó unos segundos para decidir si mentir o simplemente aceptar su parte de culpa. O la culpa entera, más bien.
-Tampoco tenía otra opción-.
Las disculpas no eran su punto fuerte, pero de todas formas Regulus tampoco estaba muy acostumbrado a escucharlas.
-Bueno..., ahora que he vuelto y soy de los malos... es probable que si no muero a manos de Voldemort, o de la guerra, o de la Orden, o de Dumbledore... quizá pueda heredar la fortuna de los Black-.
A Severus se le escapó la risa, a veces ese hijo de puta era condenadamente gracioso. Tenía un humor retorcido, igual que él, bromear sobre sus desgracias lo hacía todo mucho más llevadero.
Regulus por alguna extraña razón no parecía tan enfadado como debería y eso tenía a Severus bastante preocupado. No quería pensar en lo realmente dependiente que demostraba ser Regulus. Severus le había hecho la mayor putada de su vida y él solo lo aceptó sin discutir demasiado.
Le hacía sentirse una basura de persona. Le gustaba parecer malo, que los demás pensaran que lo era y sorprenderlos de vez en cuando con algún acto de humanidad. Pero lo que había hecho con Regulus... Quizá sí era malo, de los de verdad. Malo como su padre, como Dumbledore, como Sirius y James. Malo como todos esos tipos que odiaba.
La llegada a la Orden no fue nada espectacular, pero el recibimiento, sin embargo fue impresionante. No fueron bien acogidos, ni si quiera Regulus.
Sirius se puso histérico, como si estuvieran profanando un lugar sagrado para él. Él y James eran líderes naturales, se habían hecho con la Orden con facilidad. Dumbledore obviamente era el alto cargo allí, pero el hombre solo los dejaba ser y hacer libremente.
Dumbledore los introdujo, aunque no necesitaban presentaciones. Todos allí los conocían demasiado bien.
James saludó demasiado amigablemente a Regulus para el gusto de Severus. No llevaban ni cinco minutos allí y ya quería que James muriera. Sirius, sin embargo, estaba muy ocupado quejándose a Dumbledore como para recibir a su hermano. Ya debía habérsele pasado el complejo de salvador que tenía hacía a penas unos días. También notó rápidamente que Lily no estaba, seguramente por lo de su bebé. Estar ahí rodeada de violencia y posibles traidores no debía de ser aconsejable para una embarazada.
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Ambicioso. La Otra Cara De La Historia.
Fanfic¿Por qué a nadie le gustan mis ships?, mis ships: La vida de Severus Snape es ligeramente diferente a cómo James Potter y Sirius Black siempre se hubieron imaginado. Inevitablemente se adentró en la oscura organización de los mortifagos, pero en el...