Severus había perdido la paciencia estos últimos años, especialmente por culpa de dos fotocopias de Gryffindor; Fred y George Weasley, su peor pesadilla como alumnos y el vivo retrato de los merodeadores (o al menos de los que quedaban vivos).
El hombre tenía 31 años ahora y los chicos de apenas catorce le ponían histérico con una habilidad y rapidez asombrosas. No podía con ellos, era incapaz de hacer que le respetaran a él y su autoridad como profesor, no tenían nada que ver con Charlie y Bill Weasley. Estaba claro que con cada hijo que ese matrimonio concebía se perdían neuronas por el camino.
Para cuando conoció a Ron Weasley Severus no tenía ni un ápice de intención de ser amable, y no solo por el historial de sus dos hermanos gemelos, lo cual a ojos de cualquiera sería suficiente. No, Ron Weasley había llegado a esa situación por sus propios méritos; debió elegir mejor sus enemigos, porque Severus no iba a dejar que Draco pasara por lo mismo que a él le habían hecho pasar.
Severus naturalmente tuvo que quitar puntos a Gryffindor cuando hizo una pregunta al pelirrojo y respondió cierta niña repelente sin que se le cediera la palabra. Quizá fue desmesurado restar 10 puntos, pero Regulus parecía muy emocionado por ganar este año la copa de las casas después del empate del año anterior con Ravenclaw... y Severus no era un tipo justo, quería ver a su niño feliz, aunque el niño en cuestión tuviera ya veintisiete años.
Draco levantó la mano para responder la siguiente pregunta cuando de nuevo Ron no supo la respuesta (Quizá Severus trataba de humillarlo en venganza porque su percepción de la justicia estaba ligeramente alterada). Harry pudo notar que el rubio estaba usando guantes; en clase, ¡en Septiembre!. Ese chico estaba demente, él no tenía ninguna intención de volver a llenarlo de babas, podía quitarse los guantes y respirar tranquilo.
Severus también reparó en eso. No iba a cuestionar a Draco delante de la clase, pero fuera cual fuera la razón usar guantes en el aula no era correcto. Además, coger la pluma así debía ser incomodísimo. Lo que no había imaginado Severus es que Draco tenía esclavizado a Crabbe, quien le tomaba los apuntes sin levantar la mirada del pergamino ni un segundo. Draco no era ningún santo, pero en las manos adecuadas... era fácilmente manipulable.
Le pasó una notita a Harry y Severus hizo grandes esfuerzos para fingir que no se daba cuenta y no interceptarla.
La conversación fue algo así:
Deja de mirarme, ¿Qué demonios te pasa, Potter?, ¿ya te has aburrido de tus nuevos amigos?.
Era obvio porqué le miraba, estaba literalmente usando guantes en clase y tratando de fingir que era la cosa más normal del mundo. Harry aprovechó para retomar la conversación del día anterior y respondió con un dibujo del monstruo de las galletas en el que decía:
"Perdoname té quiero y no quiero qué estemos como mis tios".
Se refería a Remus y Sirius, quienes siempre estaban peleados y separándose, sin embargo Harry no entendió porqué Draco se sonrojaba y hacía una bolita con el trozo de pergamino para después tirarlo. ¿Había dicho algo gracioso?, entendía que sí por cómo a Draco se le escapaba la risa (nerviosa) y trataba de disimular para no ganarse una riña de Severus.
El hombre se esforzaba por fingir demencia; no veía nada, no sabía nada, no conocía a esos niños. Trataba de dar clase sin perder la concentración mientras adivinaba que se avecinaba la tragedia al ver cómo Draco miraba al otro chico, con esos ojitos cargados de inocencia y... amor. Sabía que algo iba a salir muy mal y parecía que no iba a ser Harry.
Sin embargo Draco no perdonó al otro niño; quería que suplicara, que se arrastrara, que necesitara su perdón para poder seguir viviendo. Era un Malfoy y todo lo hacía con mucha intensidad, no iba a aceptar unas ridículas disculpas todas llenas de faltas de ortografía porque el muy menso no tocaba un libro ni aunque le pagasen; era la decepción de Regulus y Remus.
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Ambicioso. La Otra Cara De La Historia.
Fanfic¿Por qué a nadie le gustan mis ships?, mis ships: La vida de Severus Snape es ligeramente diferente a cómo James Potter y Sirius Black siempre se hubieron imaginado. Inevitablemente se adentró en la oscura organización de los mortifagos, pero en el...