Ya Que hace un montón no publicaba aquí un recordatorio de en qué quedó esta historia: Jacob descubre la relación de Jade y Eduin, nuestra parejura se ha vuelto un poco melodramática:)
Eduin Herdenson.
—No puedo creer que te hayas comportado de esa manera —bramó, siguiéndolo hasta el estacionamiento de la plaza.
—Yo no puedo creer que hayas contraído yugo desigual sabiendo las consecuencias —Jacob se giró a mí, molesto.
—Lo vamos a superar, ella lo está intentando —protesté.
—¿Qué les pasa a ustedes dos? —interrogó Matías llegando hasta nosotros.
Sabía que no tenía mucho tiempo y que en pocos minutos Jade saldría con las chicas, y no quería seguir con esa discusión estúpida.
—Sé que no es lo mejor, pero...
—¿Pero? —me interrumpió Jacob—. ¿Pero?
—Deben calmarse —advirtió Matías.
—Me parece insólito que te retrases y quieras pasar por esto sabiendo cómo terminará —me señaló nuevamente mi primo. Estaba más que molesto; estaba decepcionado y realmente me dolía. Me dolía que no pudiera compartir con él lo feliz que me hacía ella.
—Cállense —pidió Matías en un susurro.
Ambos lo ignoramos abiertamente, y cómo me arrepiento de esa decisión.
—Es insólito intentar una relación con ella, ¿no eres tú el que la conoció en fiestas borracha? —escupió las palabras enredándose al hablar.
—Jade se reconciliará con Dios y seremos una pareja cristiana —aseguré—. Solo son cuestiones de semanas, y quizás algunos meses.
—¿Me estás dando tiempo para arreglar mi relación con Dios? —su voz tosca alarmó todo mi cuerpo. Estaba conteniendo las ganas de llorar, y lo comprobé en cuanto me giré hacia ella y las chicas. Esthela guardaba silencio al lado de Jade, y Sara se secaba las lágrimas con angustia, mientras Elena daba un suspiro.
—No quise decir eso.
—Pero lo dijiste, Eduin, y te escuché —se acercó a mí, molesta. Su estatura era suficiente como para enfrentarme, pero no me hubiera intimidado de no ser porque la conocía; lo hacía bien y sabía lo mucho que podían desarticular mis palabras.
—¿Qué pasa si no lo arreglo en unas semanas? —cuestionó, cruzando sus brazos. No me dio tiempo de responder cuando volvió a atacarme—. ¿Qué pasa si me das unos meses y no lo hago? ¿Me dejarás, o me darás otro mes gratis antes de la suscripción? —bramó colérica; su rostro empezaba a tornarse carmín, y sus ojos me gritaban "idiota" en mil idiomas diferentes.
—Jade, lo hablaremos cuando estemos calmados y en privado —susurré para que solo ella pudiera escuchar.
Matías pareció entender la señal porque empezó a alejarse con las chicas, y luego Jacob imitó su acción.
—No quiero hablarlo en otro momento, ¿o quieres que llame a Jacob? ¿Te resulta fácil decirle tus planes a él?
No respondí; sinceramente, no sabía qué decir, y tenía claro que cualquier palabra sería usada en mi contra.
—¡Respóndeme! —gritó, empujando mi pecho.
Eso pareció hacerme reaccionar, y no de la mejor manera posible.
—Estoy cansado, ¿sí?
—¿Cansado? —se molestó más.
—Sí, de que solo yo parezco intentar que esto funcione, estoy cansado de tener que soportar tus cambios de humor y la lejanía con la que me tratas.
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Encuentro.
Romance''¿Existe el amor? No, no quiero que piensen que necesito amor. ¿Podré yo amar a alguien sin lastimarle?'' Jade prefiere evitar las preguntas que encontrar las respuestas, prefiere esconderse antes que luchar o siquiera correr. Decidió jugar un jueg...