VI

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La semana había pasado rápido y había decidido que ese fin de semana se encerraría en su hogar con el propósito de descansar su cabeza, mantenerse alejado del caso que le quitaba el sueño y fuera de los noticieros. Trabajaba para evitar pensar en lo que sentía, en lo que Anthony vivía, en lo que Anthony pensaba, todo aquello era opacado por la figura y presencia del Fiscal Crowley, aquel que tenía jurisdicción en todo Londres, el alter ego que le servía para ocultarse de su verdadera realidad; pero aquello estaba fracasando también, había cometido el error de confiar en su intuición de nueva cuenta, y ahora el corazón de Anthony estaba interfiriendo con el trabajo del fiscal. Cada cierto tiempo tropezaba con la misma piedra, como si fuera una maldición por la clase de persona que era, como si fuera la maldición de ser humano antes que el cargo que desempeñaba.

Había solicitado en la fiscalía que nadie le interrumpiera durante cuarenta y ocho horas, inclusive Beelzebub; nadie puso reparos a aquello, todos sabían cómo el hombre se desvivía por su trabajo, y en más de una ocasión habían recomendado que tomara unas vacaciones, pero él se había negado y eso ya le estaba pasando un poco la cuenta, misma razón por la que en ese momento se encontraba casi escondido en la comodidad de su cama, con su cabeza tapada por las sábanas y un poco de música sonando por lo bajo. Sentía que aquello lo hacía más miserable de lo que ya de sentía. Como si fuera una ráfaga de disparos buscando dañarlo, podía recordar todas esas veces, tiempo atrás, en que había compartido ese lugar con el actual dueño de sus molestias. Lo recordaba durmiendo tranquilo a su lado luego de una interminable noche de trabajo, haciendo ese tipo de cosas con el cuerpo del otro que sólo ellos conocían, sólo para después desconocerse una vez más.

Se levantó con pereza de la cama en cuanto escuchó como el timbre de su hogar resonó por todo el lugar, soltando un bufido de desprecio, pensando en todo lo que diría a la persona que lo había molestado en su descanso si se trataba de alguien que trabajaba en la fiscalía, es más, llegó a proponerse que si era su mejor amiga sólo abriría la puerta para cerrarla en su cara.

"Ya te dije que estoy bien, Beelz." Dijo en voz alta antes de abrir la puerta. "Y también dije que no me moles..." No pudo terminar la oración a causa de la sorpresa que se llevó en cuanto al fin tuvo visibilidad hacia el pasillo de su piso. "Aziraphel."

"¿Puedo pasar?" El hombre iba vestido de manera casual y llevaba un par de bolsas de supermercado en sus manos.

"Creo que eres la persona que menos quiero ver ahora."

"Bueno... Eso ha sido así desde hace más de veinte años ¿No es así?" Preguntó con algo de diversión en su voz, aunque la seriedad de Crowley le hacía notar que sus palabras eran ciertas. "Sólo quiero hablar."

Anthony estuvo sólo a segundos de cerrarle la puerta en la cara sólo para demostrarle que así era como seguiría siendo la relación que tenían entre el odio y el desprecio mutuo, pero cometió el error de ver aquellos ojos color cielo que eran capaces de retorcerle las entrañas, dejándolo sólo con la habilidad de hacerse a un lado para que el abogado pudiera entrar a su sala. Aziraphel dejó las bolsas que traía en sus manos en el suelo mientras que Crowley cerraba la puerta, sin apartarse de ella por si era necesario abrirla otra vez para que él se marchara.

"Hiciste lo único que te pedí que no hicieras." En ese instante, Crowley había desaparecido y el fiscal había tomado su lugar de nueva cuenta. El rubio pudo notarlo por el tono de su voz. "Te dije que no hicieras nada estúpido, y te presentaste frente a todo mi equipo a demostrar que lo habías hecho."

"No fue algo estúpido, ese hombre necesita ayuda, y tú lo sabes, los dos lo sabemos." Aziraphel ni siquiera se había tomado la molestia en sentarse, de pronto sintió que esa visita iba a durar menos de lo que había planificado. Así eran siempre las cosas entre ellos, cortas, casi fugaces, con la predominación de la rabia o el enojo.

Ultima Ratio [Aziracrow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora