Todos parecían observarlo con lástima mientras caminaba por los pasillos de su facultad, no sabía si la gente de ese lugar conocía lo que había estado pasando en las últimas semanas a causa de la enfermedad de su madre, pero de pronto todos susurraban al verlo pasar, mas nadie se acercaba a preguntar. Tal vez lo veían de esa forma por el cansancio reflejado en su rostro, o porque había estado faltando regularmente con autorización del concejo directivo de la universidad ¿Pero qué iba a hacer al respecto? El cáncer de su madre parecía haber vuelto más fuerte que nunca, hace dos semanas que estaba en el hospital y no demostraba mejorías; pasaba las noches en vela cuidandola, intentando que se sintiera mejor, pero eso ni siquiera podía hacerlo la quimioterapia en los últimos días de tratamiento. Estaba realmente asustado y ni siquiera lo estaba por sí mismo, sino por su madre y lo que ella significaba en su vida.
Se acercó con pesar a su casillero para poder dejar sus libros de Derecho Procesal en él, la clase le había parecido más pesada de lo usual, aunque creía que podría atribuirselo a que por la noche sólo había dormido dos horas. Sus cátedras ahora de sentían lentas y poco llamativas, no sabía si era porque realmente así era o porque en cada una de ellas intentaba pensar en alguna forma de ganar dinero -además del trabajo que tenía- para poder pagar los gastos del hospital y de su hogar. La pensión de su madre por enfermedad ya no estaba siendo suficiente.
"Papá te envió el desayuno." Beelzebub se apareció a su lado, estirando una bolsa de papel marrón. El señor Hell, desde que su madre había entrado en el hospital y él se había enterado de la situación, se había visto en la obligación de, al menos, asegurar esa comida del día para el mejor amigo de su única hija. "Dijo que pasaría por el hospital en la tarde, creo que ya se sabe tu horario de memoria."
"Gracias, Beelz." Le dedicó una pequeña sonrisa a la par que tomaba la bolsa, aunque sabía que probablemente no la comería, hacía días que no tenía apetito.
"No hay de qué." Ella comenzó a caminar lejos de los casilleros, sin darle la espalda a su amigo. "Te veo después de mi clase, ñoño ¡No olvides que papá vendrá por nosotros luego!" Se despidió con diversión, intentando animarlo, dejándolo solo una vez más en ese pasillo con ojos que lo observaban desde todas partes.
En ocasiones sentía que ser amigo de Beelzebub Hell era un tipo de escudo en contra de todos sus compañeros de facultad, pues, gracias a la fama del padre de la muchacha, nadie se atrevía a meterse con ella, había gente que ni siquiera osaba a mirarla y eso era igual siempre, estuviera él o no a su lado. Algunas personas no entendían la razón de por qué alguien como él era amigo de alguien como ella, pero eso le tenía sin cuidado, había aprendido a conocerla y entenderla, era una chica dulce que había aprendido a ser de la forma en la que era por como era que su vida se había desarrollado; después de todo, su padre era el general del departamento de policía de Londres y eso significaba que su vida siempre había estado rodeada de peligro, peligro que el Señor Hell intentaba ahuyentar demostrándole como era todo en realidad.
Caminó hasta el patio trasero del edificio de su facultad, en dónde sabía que no habrían miradas, pues el lugar era tan oscuro -por la altura de la estructura el sol nunca llegaba a tocarlo- que rara vez había gente ahí, era su lugar favorito cuando estaba solo, era más silencioso que la biblioteca y más fresco que un salón de clases. Estaba dispuesto a intentar ignorar el problema de su madre, justo como ella se lo había dicho; no tenía la intención de reprobar sus materias y ser una carga más para Marie, haría que se sintiera orgullosa de él pese a las circunstancias que estaban viviendo como la pequeña familia que eran.
Luego de casi una hora con su rostro sumido en un manual de Derecho Administrativo, levantó su rostro a causa de unos pasos acercándose a él, siendo ellos suficientes para llamar su atención y encontrarse con la persona que menos quería lidiar en el mundo en ese momento: Aziraphel Fell. Ahí estaba él, con una sonrisa amistosa dibujada sobre sus labios, viéndolo hacia abajo -pues estaba sentado en el suelo- con sus rizos moviéndose de un lugar a otro a causa del viento.
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Ultima Ratio [Aziracrow]
Fanfiction[AZIRACROW] Tan poco tiempo hemos disfrutado de este amor Dime, cariño ¿Debería irme antes de que te vayas? ¿O debería llorar antes de que tú lo hagas? Quiero romper las leyes de tu corazón Quiero resignarme a tu prisión.