IX

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Conocía el negocio de cerca, pues había sido parte del equipo de abogados de esa empresa apenas se había graduado de la universidad, sus padres tenían contactos y conseguirle un trabajo había sido fácil. Close to Heaven SpA. era una de las inmobiliarias más poderosas del país desde mediados de los años cincuenta, había comenzado como un pequeño emprendimiento familiar, para luego transformarse en uno de los pilares de la economía británica. Su estadía en ese estudio de abogados duró poco, no era muy partidario de sus ideologías y de pronto creyó que trabajar con cinco personas más no le agradaba demasiado, desde ese momento había comenzado su carrera como defensor privado.

"Debo admitir que la llamada me sorprendió un poco." Fue lo que dijo en cuanto entró a la oficina del director ejecutivo de la inmobiliaria. El hombre lo recibió con una sonrisa casi gloriosa sobre sus labios, con los brazos extendidos hacia él, esperando por un abrazo, pero él sólo se limitó a extender su mano en forma de saludo.

"¡El hijo pródigo vuelve a casa!" Anunció casi como si se tratara de una fiesta. De pronto había recordado otra de las razones de por qué había dejado de trabajar en ese lugar, el ego del CEO de esa empresa era más grande que el propio, llegaba a molestarle. "¿Hace cuanto tiempo que no nos hemos visto, Aziraphel? Estás hecho todo un hombre."

"Doce años es más que un buen número cuando intentas evitar a personas desagradables ¿No es así?" Se limitó a responder, sentándose en la silla que le ofrecía. "¿A qué se debe esta invitación?" Preguntó, sin querer estar más tiempo ahí del necesario.

Aunque no era imprescindible que el hombre le dijera algo, él sabía perfectamente por qué estaba ahí. Los hilos de la justicia se movían con rapidez, o más bien, las pequeñas y refinadas tuercas de lo que era un juego sucio se movían con más astucia y sigilo que una pieza en un juego de ajedrez. Gabriel Archangel lo observaba desde su silla, con una sonrisa en sus labios y un cigarrillo apagado entre sus dedos; parecía estudiarlo, como si deseara saber cuáles eran las intenciones del abogado con su empresa, después de todo, conocía sus habilidades en lo que a su trabajo se refería... Esos azules ojos y ese rostro angelical podrían ser capaces de arruinar el imperio de su familia.

"Supe que te has integrado al caso del niño que desapareció hace un tiempo, a ese al que encontraron muerto luego." Comenzó, dando justo en el clavo con respecto a lo que Aziraphel pensaba. "Cómo defensor de su abuelo."

"Las noticias vuelvan rápido." Murmuró algo desganado, o más bien, desinteresado, ya podía ver hacia donde todo aquello iba encaminado.

"Bueno... Sabes que con un poco de ayuda pude leer tu defensa." El cigarrillo al fin se encendió. "Muy buena, por cierto, digna de un Fell." La sonrisa que había en el rostro del hombre, aquella gentil y con aires de galán, de pronto desapareció mientras hacía el gesto de apoyarse sobre su escritorio. "Debo admitir que algo me sorprendió, Aziraphel... Me sorprendió que mencionaras a mi empresa, después de todo lo que hicimos por ti cuando saliste de la universidad, a Close To Heaven como un posible culpable... De una forma explícitamente implícita."

"¿Crees que la reputación de una empresa en la que dejé de trabajar hace más de diez años, y con la que desde entonces no he tenido ningún contacto, me importa más que la libertad de un hombre inocente que no tiene los recursos para defenderse?" Preguntó Aziraphel de forma burlona mientras negaba un poco con su cabeza; sabía que estaba jugando con fuego, pero a él no le importaba mucho sentir el calor de la llama amenazando con quemarlo. "Te creía más inteligente, Gabriel."

Se conocían desde jóvenes, o más bien, sus padres se conocían. Él nunca tuvo mucho interés en conocerlo, pero tuvo que hacerlo a la fuerza cuando se graduó de la universidad y el hombre en frente a él obtuvo el puesto de director ejecutivo de la empresa luego de que su padre hubiere fallecido. Archangel significaba un dolor en el trasero para cualquiera que trabajara para él, su constante arrogancia, malos tratos e incluso aquella chispa infantil de niño rico que aún llevaba en su interior, hacían que el personal de su empresa se estuviera renovando constantemente. Pero a Aziraphel no le asustaba, no le asustó cuando trabajaba para él y menos le atemorizaba en ese momento ¿Qué tenía que temer? ¿Qué su plan se llevara a cabo como él quería?

Ultima Ratio [Aziracrow]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora