Capítulo 25: ¿Sentimiento de Traición?

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Mina

 Al ver a Rose parada junto a mi hermana, una punzada en mi pecho se hace presente mientras varias preguntas bombardean mi mente: ¿Qué está haciendo ella aquí?, ¿Acaso ayudó a mi rescate?, ¿Es una de nosotros?, ¿La conocí en una vida pasada como a Jordan y a Nick? pongo mi mano en mi frente cerrando los ojos ante la repentina jaqueca.

  —Mina, puedo explicarlo —dice dando unos pasos hacia mí, retrocedo y levanto mi otra mano frenando sus pasos directos hacía mí. Suelto el aire.

  —¿Por qué no me lo dijiste? —la primera pregunta sale de mi boca— Me trataste como una demente cuando te conté de Cristál y dijiste que las sirenas eran un invento de mi imaginación —cada palabra que pronuncio hace que el enojo crezca—. Evadías el tema y me evadías a mi desde esa noche en tu casa que te dije el por qué había ido a la playa, si no fuese por el estúpido viaje a Grecia por el que curiosamente te hiciste la aparecida semanas antes ni siquiera sé si hubiéramos recuperado contacto —la veo a los ojos, una mueca de dolor cruza su rostro y mi voz sale en un susurro.

  >>Dime, Rose, ¿Tenías que mentirme y ocultarme la verdad sobre esto? ¡Somos mejores amigas! A menos de que te hayan convertido recientemente —digo esperanzada.

  —Mina, yo ... —la respuesta nunca llega.

  —Entiendo —asiento y volteo a ver a los chicos que permanecen expectantes de la situación—. ¿Ustedes lo sabían? —ambos desvían la mirada—. ¿Celeno? —mi hermana me ve y evalúa la situación—. No me mientas.

  —Apenas hoy me enteré de la existencia de tu amiga —dice sincera y asiento.

  —Entonces solo abandonaré esta isla contigo.

  —Mina —Jordan toma de mi hombro y yo me zafo de su agarre mientras mi hermana camina hacia mí.

  —De un tiempo acá todos me guardan secretos de mi propia vida, hasta tú —lo veo herida y la primera lágrima no tarda en hacerse presente bajando por mi mejilla—. Creí que eran mis amigos, quería creerlo —bajo la mirada y me lanzo al mar nadando sin mirar atrás, dejando que las lágrimas salgan libremente. Tiempo después la única que me sigue es Celeno la cual alcanza mi nado permaneciendo en silencio.

 Tiempo después la única que me sigue es Celeno la cual alcanza mi nado permaneciendo en silencio

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Maia

 El enfrentamiento con Perséfone terminó poco después de que Gadyefoul y Brakeris huyeran del lugar, ese era el objetivo desde un inicio, no podíamos ganar ante un pueblo tan grande como lo es el de los renegados. Sonrío arrogante cuando me atan las muñecas.

Atlántida: El Renacer del Imperio (I) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora