¿Alguna vez te has preguntado qué pasó realmente con la Atlántida? ¿Existió o solo es un mito más dentro de la mente humana? Todo se basará de ahora en adelante en lo que tú mente crea, para creer solo hay que tener una mente abierta y dejar que lo...
Se acerca la hora de la fiesta y Jordan no baja, veo el reloj que reposa en mi muñeca: 8:50. Nos tendríamos que haber ido hace una hora, en especial por el cambio de planes que Brook nos informó horas atrás. Después del drástico cambio de clima que hubo hoy por la tarde, tuvieron que cerrar la playa y para desgracia de todos ahí iba a ser la fiesta, ya que, como Mina no iba a ir, llevaríamos la fiesta a ella como capricho de la hermana menor de Brook. Ahora la fiesta será a las afueras del pueblo, a unas tres horas de aquí para ser exactos y, este tarado no baja.
—Se habrá quedado dormido —Josh acomoda su cabello y se dirige a la percha de la entrada donde descuelga su chamarra de mezclilla para ponérsela, lo veo de reojo y luego vuelvo a ver a las escaleras.
—Le diré a Amanda que suba a despertarlo —toco el botón en la mesa de centro a donde antes estaban nuestras botanas. No tarda en venir una señora de pelo cano, aquella que ha visto por nosotros como si fuésemos sus hijos desde que Jordan llegó al pueblo con sus padres—. ¿Pudieras ir a buscarlo, por favor?
—El señorito ya ha bajado desde hace media hora. Los está esperando en el garaje —ambos nos miramos, no nos dijo nada y el imbécil tiene teléfono. Amanda parece leer mi mente y saca de su mandil un iPhone—, lo olvidó aquí cuando todos subieron a cambiarse. Cuando bajó, me dijo que les avisara al dar las nueve en punto o cuando ustedes me llamaran. Por favor, entréguenle esto —tomo el teléfono y asiento, Amanda nos despide y ambos nos apresuramos al garaje. Jordan nos espera en la camioneta de su padre, al parecer, está cambiando las llantas de esta. Carraspeo, haciendo que se percate de nuestra presencia y salga de debajo del auto.
—Perdón, todos los autos se encuentran con las refacciones en mal estado y no sabemos por qué y, a menos de que las cambiara, mi padre me daría permiso de ir a la fiesta en su camioneta. —Se limpia el sudor de la frente y acomoda la herramienta en su lugar, Josh y yo solo lo miramos mal.
—¿Por qué? —pregunto y él ladea la cabeza.
—Por qué, qué —le lanzo su celular, apenas y lo atrapa.
—Ve el celular, Jordan. —Josh sigue detrás mío con las manos metidas en los bolsillos de su chamarra, nos quedamos expectantes esperando a que nuestro capitán del equipo revise el grupo que tenemos los de fútbol americano, desliza su dedo bajando la pantalla y conforme lee abre más los ojos.
—Demonios —dice poniéndose tenso, Josh forma una mueca acercándose a Jordan, yo subo al auto sin decir nada más. Solo pido ir a la fiesta, ¿Tan difícil es eso?
Ambos se quedan hablando unos momentos frente al carro y yo no logro escuchar casi nada, por más que me estire discretamente. Sus voces pasan a ser murmullos inentendibles cuando se alejan a la mesa del fondo.
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Josh
—No iremos a la fiesta —Jordan guarda el teléfono en sus pantalones y se dirige a la mesa donde dejó las herramientas de su padre, junto a estas, está una playera limpia que es la que se pone y deja en su lugar la sucia.