Capítulo 28: ¡Que Empiece el Plan!: Busquemos a Mina

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Jordan

  —¿En serio creíste que sería la mejor idea ir ante Nick y decirle quien eras? —aprieto suavemente el puente de mi nariz cerrando mis ojos conteniendo un suspiro de exasperación.

  —En realidad, no sabe quién soy Gadyefoul, no soy un idiota para ir como si nada ante el rey y decirle mi nombre para ponerme como carnada en todos los bandos —me dirige una sonrisa burlona—. Ese serás tú. En su debido momento, claro está —mientras juega con las cuentas de un ábaco en el escritorio de mi padre lo veo mal.

  —¿En serio crees que me pondré tan fácilmente de carnada?

  —Eso depende de ti, tu reina te necesita y ya mucho hiciste en el pasado con ayudar a llevarnos a la ruina, ¿No crees? —suspiro y miro hacia otro lado mientras siento la mirada penetrante de Castle sobre mí.

  —Aunque el imperio renazca, no será siquiera la cuarta parte de lo que era antes, con suerte y Poseidonis seguirá intacta, las islas que tiene Gran Bretaña, Escocia y otros países de todo el mundo podrán unirse nuevamente ¿Y luego? —pregunto viendo a Castle con temor—. Para recuperar lo que alguna vez se perdió, habrá un desequilibrio natural como no se ha visto en millones de años desde Lemuria y después, la Atlántida. Terremotos, erupciones, tormentas, ciclones, toda clase de desastres naturales se desatarán en el momento en el que esas gemas estén colocadas en el orden que los dioses impusieron, el sello se romperá cobrando miles de millones de vidas humanas inocentes.

  —¡Miles de millones de vidas se perdieron por tu culpa y la de Perséfone! —Castle dice perdiendo la paciencia y yo retrocedo espantado en mi asiento cuando los papeles y libros de mi padre caen de su escritorio con estrépito— ¿Sí? No podemos dar marcha atrás a ninguno de los planes de ninguno de los bandos, porque no estamos en el poder, lo podemos manejar, lo podemos cambiar, pero solo ellos deciden que hacer —señala a Mina y a Nick en una foto en el librero del despacho, donde Josh y yo salimos de fondo posando para la cámara con changuitos de peluche en la cabeza de la vez que fuimos al zoológico en la Ciudad de México.

  >>He visto a muchos perecer en esta lucha, muchos de ellos eran amigos, familia o conocidos, pero en la lucha del poder y del orden divino de las profecías, nada podemos hacer.  ¿Quieres evitar muertes? Adviértele a tu mundo. Adviértele a tu mundo y nos empezarán a cazar como especímenes de algo desconocido a atlantes renegados o no por igual, sin contar a las miles de criaturas que aún se mantienen ocultas en las profundidades del océano o de las montañas. No hay mucho por hacer, pero lo que yo pueda evitar junto con Perséfone, las pléyades y terceros como tú, lo haremos —abro el portal al lugar donde se encuentran los renegados cuando él me da la espalda mientras me mira de reojo—. Todos quisiéramos mantener oculto aquello que sabemos que se nos puede ser arrebatado como un espejismo, Gadyefoul.

 Cruza el portal y yo me quedo solo en el despacho. Con un simple hechizo, vuelvo a acomodar el desorden que hizo el renegado en mi casa, abro otro portal a la habitación de mi hotel en la ciudad capital, me recuesto en mi cama y recapitulo todos los hechos hasta el momento, mi mente para en Perséfone, en como ella ya tiene una gema de los dioses, lo que significa que Mina lleva desventaja sobre el rumbo que ha de tomar su Imperio, es momento de que empiece a buscar las otras gemas en donde quiera que se encuentren, porque estoy seguro de que si no es así, los renegados las hallarán primero o incluso Cristál... Atlante es otro tema del cual nos debemos preocupar, no ha dado señales de vida como sus hijas y solo guía a Cristál en algunas mínimas cosas trazando todo como si fuese un laberinto creado por él. En su momento habrá un enfrentamiento y no será Electra contra Perséfone, serán los dioses contra los titanes, una titanomaquia moderna donde se desatarán un sin fin de sucesos apocalípticos, si eso llegase a pasar, que nos ampare un dios que no sea de la Atlántida.

Atlántida: El Renacer del Imperio (I) ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora