Capítulo 3

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Aún no puedo asimilar bien sus palabras; me "rehuso" a creerlas. Lucas había asegurado que el plazo era de cuatro días y, siendo hoy el tercero, estoy convencida de haber cumplido a tiempo.

Bueno, como sea, de todas maneras esto aporta un punto más a mí favor.

Me giro para enfrentarlo y avanzo hacia su escritorio. Él mantiene esa sonrisa socarrona y arrogante que tanto detesto, a pesar de que apenas llevamos cinco minutos de conversación.

-Según tengo entendido, el plazo finaliza mañana y...

Se levanta, rodeando el escritorio hasta quedar frente a mí, posando el lápiz con una delicadeza calculada sobre la mesa. Su mirada intensa me pone nerviosa, y lucho por mantener la mía fija en la suya, a pesar de las ganas de soltarle una de mis respuestas cortantes.

-Logan te mintió, koroleva. Él sabía perfectamente que el plazo expiró ayer -dice, recogiendo con sus dedos largos y elegantes un mechón rebelde de mi coleta-. Sin embargo, estoy dispuesto a ofrecerte un trato que podría beneficiarte en muchos aspectos.

Arqueo una ceja y aparto su mano de mi mejilla con un manotazo. Su risa resuena en la habitación, y por alguna razón, me resulta melodiosa. Trago saliva y me hago la asustada.

Soy una actriz maravillosa...

-Es Lucas- aclaro y lo veo apretar los labios para contener la sonrisa- y estoy segura de que no mentía, él...

-Es un ángel caído del cielo -interrumpe con tono burlón, arremangándose la camisa blanca hasta los codos. No puedo evitar fijarme en las venas marcadas en sus brazos-. No te engañes más. Escucha mi propuesta y tal vez podamos llegar a un acuerdo.

Aprieto los puños hasta que las uñas se clavan en mis palmas.

Eso es... clava tu propia tumba y la de toda tu generación.

-¿Cuál es tu propuesta? -pregunto regocijada por dentro.

Sonríe, y esta vez, unos hoyuelos adornan sus mejillas. Es tan maliciosamente atractivo que duele.

-Solo tienes que ser mía, y olvidaré la deuda. Incluso le ofreceré protección a tu hermano -dice, pasando su lengua por el labio inferior, una imagen que se graba en mi mente sin permiso-. Tendrás un hogar y comida; ambos sabemos que careces de una residencia fija y que tu jefe te despidió por no cumplir con tu entrega.

Eso me enfurece, pensé que sería diferente a su hermano y su padre pero ya veo que es igual o peor que ellos.

- No tienes ni idea de cómo vivo o no, ¿qué te hace creer que caeré en tu juego de mierda?- argullo y me cruzo de brazos.

- Lucas ésta en juego- recorre mi rostro hasta detenerse en la pequeña cicatriz en el lado izquierdo de mi cuello; su mandíbula se endurece- Lo dejo a tu elección...

Lo observo unos segundos y luego estallo en carcajadas frente a él. Parezco una maniática, pero no me importa; lo que él propone es absurdo, pero debo aceptar, el plan debe continuar; sin embargo, quiero resistirme un poco.

Su expresión se endurece, helada y severa, así que sofoco mi risa para darle una respuesta.

-El caso es... que no soy un objeto que puedas adquirir para tu entretenimiento. No seré tuya por nada del mundo. Y si llegara a aceptar, no esperes sumisión de mi parte. Ni tú ni nadie podrá domarme -me acerco a él y me pongo de puntillas, provocando que su mirada descienda hacia mis labios-. Adiós.

Me doy la vuelta con decisión y, justo antes de cruzar el umbral de la puerta, escucho su voz cargada de burla.

-Cuando vengas a mí para aceptar el trato, te advierto que serás rechazada.

Venganza: Trato Con El Boss (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora