Me obligo a reaccionar cuando me doy cuenta de que Alek me mira, su confusión y preocupación dibujadas en su rostro, mientras yo me había quedado pálida y muda ante la revelación.
—Mucho gusto, Hayden —digo, aceptando su mano con firmeza y viendo cómo asiente, complacida con la formalidad.
Mientras bebo un poco más de zumo, no puedo evitar cuestionarme por qué una chica tan amable y aparentemente delicada sería capaz de matar sin aparente razón. 'Seguramente tuvo sus motivos...', pienso, intentando justificar lo injustificable.
—Tengo que irme al instituto —anuncia Hayden, sacándome de mis cavilaciones.
Con un apretón en el hombro, Hayden se despide de Alek y de mí. Solo puedo ofrecerle una sonrisa de boca cerrada antes de que se aleje, dejándonos solos en el comedor.
Termino mi vaso de zumo de manzana y continúo con unas fresas bañadas en chocolate. Aunque la mesa está repleta de manjares, son los dulces los que capturan mi atención. Al probar la fresa, un murmullo de satisfacción se escapa de mis labios. De reojo, veo a Alek observándome con intensidad. Su mirada gris me inquieta, y desvío la vista rápidamente.
—¿Qué planes tienes para hoy? —pregunta de repente, y me tomo un momento para pensar.
—Voy a visitar a Nelly —respondo, dejando la fresa a medio comer en mi plato vacío y mirándolo con curiosidad— ¿Sabes dónde puedo encontrarla? Trabaja aquí, es pelirroja, de ojos azules y...
—Sé quién es —interrumpe Alek con un tono que no admite réplica.
—Puedes encontrarla en la pequeña casa de dos plantas más allá del jardín —dice, haciendo una pausa para mirar su Rolex—Pero debes saber que hay una sala de tiro y otra para practicar defensa personal.
La idea de la sala de tiro me emociona y, sin más preámbulos, me levanto de la mesa con una sonrisa radiante.
—Voy a verla —anuncio, y salgo corriendo por el jardín, ignorando las miradas de desaprobación de los vigilantes.
Al llegar a la casita de color gris opaco, entro por la puerta entreabierta. Dentro, algunos se enfrentan en un ring improvisado, mientras otros perfeccionan sus movimientos de combate. A mi lado, en una cabina de tiro, los disparos resuenan sin cesar.
Mis manos están sudorosas, y la emoción de disparar para liberar la tensión me embarga. Sin dudarlo, entro en la cabina donde una chica con cabello blanco teñido dispara con cascos puestos. Su postura encorvada y los ángulos erróneos de su cuerpo delatan su inexperiencia.
Ignorándola, tomo una Glock G17, apreciando su diseño ergonómico y la presión de disparo superior. La Glock se siente fría y pesada en mis manos, un recordatorio tangible de poder y precisión. Mientras la sostengo, siento cómo cada parte de mi ser se concentra en el metal y la mecánica de la pistola. 'Respira, Raven, controla tu respiración,' me recuerdo a mí misma, sintiendo cómo el aire fluye dentro y fuera de mis pulmones, calmado y constante.
Mis dedos se ajustan alrededor del mango, familiarizándose con cada curva y borde. La textura rugosa contra mi piel es un recordatorio de la realidad, de que no es solo un objeto, sino una extensión de mi voluntad. 'Mantén la calma, mantén el enfoque,' pienso, mientras alineo la mira con el blanco al final de la sala.
El sonido de mi propio corazón late en mis oídos, casi en sincronía con el clic metálico de la recámara al cargar el siguiente cartucho. Es un ritmo que conozco bien, un baile de muerte y precisión que he practicado hasta la perfección. 'Exhala y aprieta el gatillo...' instruyo a mi mente, liberando el aire en el momento exacto en que mi dedo presiona el gatillo.
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Venganza: Trato Con El Boss (#1)
RomanceRaven Kozlova, una sombra del pasado, regresa a la mansión que la vio caer. Educada para proteger y luego traicionada, su vida se entrelaza con Alek, el rey de la mafia que juró amarla y protegerla. Pero en un mundo donde el poder lo es todo, ¿puede...