Gimo al sentir sus manos recorrer mi espalda, delineando las curvas de mi cintura. Agarra firmemente mis caderas, y tras una última estocada que me hace ver las estrellas, se corre dentro de mí.
Caigo exhausta sobre la cama, el aire entrando y saliendo de mis pulmones en un ritmo errático. Alek, aún encima de mí, me acaricia la mejilla con un gesto suave, sus ojos grises brillando con algo más allá de la satisfacción.
—Eres... demasiado para mí, Raven. —Su voz es un susurro ronco, y antes de que pueda responder, deposita un beso lento en mi frente.
Se levanta con fluidez, deslizándose en su chándal holgado, y camina hacia el baño.
—Voy a darme una ducha —murmura antes de cerrar la puerta tras de sí.
El sonido del agua llenando el espacio debería relajarme, pero algo en su tono me deja inquieta. Paso mis dedos por mi cabello desordenado, intentando calmar el desasosiego que comienza a instalarse en mi pecho. Decido seguirlo; quizá el calor del agua pueda despejarme.
Cuando estoy a punto de abrir la puerta, su voz me detiene.
—Giovanni, no pienso repetirlo. —El tono de Alek es bajo, pero cargado de autoridad.
Frunzo el ceño y me acerco más, pegando mi oído a la madera.
—No es mi problema si tu hija siente que la estoy descuidando. Cumplí mi parte del trato. —Hace una pausa, su respiración pesada es lo único que escucho antes de continuar—. No, la alianza no está en riesgo.
La mención de "alianza" y "tu hija" enciende una alarma en mi mente. Helena. Aprieto los dientes y, sin pensarlo, abro la puerta del baño.
Alek se da la vuelta al instante, su expresión una mezcla de sorpresa y cansancio. Cuelga el teléfono con un gesto brusco y fija su mirada en mí.
—¿Cuánto escuchaste? —pregunta con calma, pero hay una sombra en su voz.
—Lo suficiente. —Cruzo los brazos, manteniéndome firme.— ¿Es Helena, verdad?
—Raven... —Su tono es casi suplicante, pero no me dejo intimidar.
—No quiero evasivas, Alek. Si esto tiene que ver con tu "esposa por contrato" y esa ridícula alianza, quiero saberlo.—Mis palabras salen rápidas, cargadas de frustración.
Alek suspira, pasando una mano por su cabello húmedo.
—Giovanni está presionándome. Cree que estoy dejando de lado a Helena y, con eso, poniendo en riesgo nuestra tregua.
—¿Y acaso no lo estás? —replico, dando un paso hacia él—. Desde que me dijiste que ella no significaba nada para ti, ¿qué sentido tiene seguir alimentando esa farsa?
—Es más complicado que eso, Raven. —Se acerca lentamente, sus ojos fijos en los míos—. No es solo Helena. Es todo lo que representa.
—¿Y yo qué, Alek? —Mi voz tiembla, pero no me aparto. —¿Dónde quedo yo en todo esto?
— Tú eres todo. Sus manos se posan en mis mejillas con firmeza, pero con una delicadeza que me desarma—. Si pudiera, terminaría con este trato hoy mismo, pero las cosas no funcionan así en mi mundo.
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Venganza: Trato Con El Boss (#1)
RomanceRaven Kozlova, una sombra del pasado, regresa a la mansión que la vio caer. Educada para proteger y luego traicionada, su vida se entrelaza con Alek, el rey de la mafia que juró amarla y protegerla. Pero en un mundo donde el poder lo es todo, ¿puede...