Capítulo 13

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Me quedo callada, sin palabras, luchando contra el impulso de saltar sobre Helena y desatar mi furia. La observo detenidamente; mis ojos se detienen en su vientre plano demasiado tiempo. Su risa me ensordece, y sus palabras resuenan en mi cabeza una y otra vez, como una película sin fin.

—¿Cómo puedes estar tan seguro de que el hijo es tuyo? —mi voz suena neutra, agotada, pero cargada de una tensión peligrosa.

Helena sonríe con una mezcla de odio y burla, como si se regocijara con mi desconfianza.

—Alek sabe muy bien lo que pasó entre nosotros —dice, cruzándose de brazos y dando un paso hacia él.

Alek no dice nada, pero su mandíbula se tensa visiblemente.

— Mentira.— respondo casi de inmediato.

—¡Alek, esta imbécil me está difamando! —exclama la pelirroja, avanzando hacia mí.

Antes de que pueda llegar a mí, Alek la detiene sujetándola del brazo, su agarre firme pero controlado.

Ruedo los ojos y me cruzo de brazos, señalando su vientre plano con un dedo acusador antes de soltar una carcajada baja y burlona.

—Tal vez solo te follaste a algún desconocido para luego venir aquí y decir: "Alek, estoy embarazada".

Helena suelta un grito de rabia, arrancando su brazo del agarre de Alek.

—¡Eres una perra...! —su voz es aguda, llena de veneno.

Me acomodo en una butaca cercana, cruzando las piernas con una calma fingida, mientras acaricio los arañazos de mis brazos.

—Tranquilízate, Helena —le digo, sonriendo de lado al notar cómo intenta ocultar su nerviosismo—. No querrás lastimar a tu bebé.

Helena aprieta los puños, temblando de ira.

—¡Basta, Raven! —la voz de Alek llena el despacho como un trueno, Ilamando mi atención al instante.

Lo miro, alzando una ceja con sarcasmo.

—¿Así que ahora juegas al héroe con Helena? —mi tono es gélido, pero mi sonrisa burlona no desaparece—. Dime, ¿fue mientras yo luchaba contra el veneno que decidiste consolarla en la cama?

Alek da un paso hacia mí, y su mirada, cargada de intensidad, me atrapa.

—Nunca me acosté con Helena.

Sus palabras son claras, firmes, como si fueran una verdad grabada en piedra.

—¿Y esperas que te crea? —pregunto, cruzándome de brazos, sin bajar la guardia.

—Sí, porque es la verdad.— Su voz no tiembla ni un ápice.

Helena interviene, tratando de recuperar el control de la conversación.

—¿Vas a negar lo que pasó? —dice, fingiendo indignación—. Sabes lo que compartimos, Alek.

Él gira la cabeza lentamente hacia ella, su mirada cortante.

—No compartimos nada, Helena.

Su tono es glacial, y por primera vez, la veo tambalearse.

—¡Eso es mentira! —grita ella, desesperada, pero Alek levanta una mano, silenciándola de inmediato.

—Ya has dicho suficiente. —Alek se vuelve hacia mí, ignorándola por completo—. Raven, no me importa si dudas de mí, pero no voy a tolerar que esta mujer arruine lo que hemos construido.

Su voz tiene un peso que me obliga a mantenerme en silencio, procesando sus palabras.

—¿Entonces por qué está aquí?— pregunto, mi tono lleno de sospecha.

Venganza: Trato Con El Boss (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora