Prólogo

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El amor se enamoró del peligro, un baile temerario en el borde de la precipitación.

La sed se enamoró del deseo incontrolable, un anhelo tan profundo como el océano.

La muerte trató de alejarse del peligro, pero el peligro es su compañero constante, su sombra eterna.

La desesperación gritaba a todo llanto y clamor, libertad, paz. Sus gritos se escuchaban en el vacío, una sinfonía de angustia y esperanza.

El llanto proclamaba su regreso, una cascada de lágrimas que lavaba el dolor y la tristeza.

La valentía, a pesar de su miedo, se enfrentaba al peligro con una determinación inquebrantable.

La esperanza, aunque frágil, persistía, un faro brillante en la oscuridad.

La risa, en medio de la tormenta, encontraba la manera de florecer, un recordatorio de que incluso en los momentos más oscuros, hay belleza.

La tristeza, con su manto gris, envolvía todo, pero incluso ella tenía su propia belleza, una profundidad de sentimiento que solo se conoce cuando se ha amado y perdido.

Y la vida, en su constante fluir, continuaba, un río que se desborda con la plenitud de todas nuestras emociones humanas. Porque al final, todos somos parte de esta danza cósmica, enamorándonos, deseando, alejándonos, clamando, llorando, enfrentándonos, esperando, riendo, entristeciéndonos y viviendo en el gran escenario de la existencia.

Entre el peligro y el amor [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora