Entre el peligro y el amor [✔]

Capítulo 5: Los Verdant Horrors

El miedo era palpable en el aire, una neblina densa de terror que envolvía a todos en la habitación. Las caras pálidas, los ojos abiertos de par en par, todos excepto Denver y Ethan. Ellos permanecían impasibles, sus rostros inexpresivos ante el crujir ominoso del techo. No eran animales lo que causaban ese sonido, no era un simple mapache, ni siquiera la brisa nocturna. Era algo más, algo desconocido y amenazante.

La tensión se podía cortar con un cuchillo mientras todos esperaban, temiendo lo que vendría a continuación. El crujido se hizo más fuerte, más insistente, como si algo estuviera tratando de abrirse paso. Pero Denver y Ethan, se mantuvieron firmes, sus ojos fijos en el techo, desafiantes.

Nadie sabía cómo acabaría esto. ¿Sería su fin o solo el comienzo de algo aún más aterrador? Mientras tanto, todos permanecían en vilo, atrapados en este momento de suspenso insoportable. La incertidumbre era la única certeza en esa habitación, y todos se preguntaban: ¿Qué son realmente? ¿Qué nos espera en la oscuridad?

—Nos... siguieron...— dijo Denver, su mirada se encontró con la de Ethan.

—Están buscando nuestro aroma, y eso sería un peligro para ellas tres— añadió, sus ojos se posaron sobre nosotros.

Fue entonces cuando Ethan habló, sus ojos rojos nos miraban fijamente.

—Fue por mí, yo lo arreglo

Katerin, interrumpió, su voz era firme.

—Ni hablar—, una vez que sales de aquí todos estaremos muertos.

Yo tragué saliva, el miedo se apoderaba de mí.

—Debemos quedarnos quietos hasta que se vayan—, dije con voz temblorosa, —no sabemos qué son realmente.

El crujido volvió a escucharse, esta vez más fuerte, provenía de la ventana. ¿Habían entrado? Los vidrios se escucharon caer en pedazos, y luego, fuertes respiraciones. No, no era uno, eran muchos, muchos de ellos. ¿Eran... experimentos fallidos?

El terror se apoderó de la habitación, el aire se volvió pesado y frío. Podíamos escuchar sus respiraciones, cada vez más cerca, cada vez más reales. La oscuridad de la habitación parecía cobrar vida, y cada sombra parecía esconder un peligro inminente. El silencio era ensordecedor, solo roto por el sonido de nuestras respiraciones entrecortadas y el crujir de los vidrios bajo sus pies.

¿Qué pasaría ahora? ¿Cómo podríamos enfrentarnos a lo desconocido, a estos... monstruos? Solo podíamos esperar, rezar, para que se fueran, para que nos dejaran en paz. Pero en el fondo, todos sabíamos que la verdadera pesadilla apenas comenzaba.

El miedo se intensificó, se podía sentir en cada rincón de la habitación. Los sonidos de las respiraciones se volvieron más fuertes, más amenazantes. Cada uno de nosotros podía sentir el peligro acechando en la oscuridad, podíamos sentir sus ojos sobre nosotros.

De repente, una sombra se movió. Era rápida, casi imperceptible. Pero todos la vimos. Todos sentimos cómo el miedo se apoderaba de nosotros. ¿Era uno de ellos? ¿Habían logrado entrar?

Las luces parpadearon, sumiendo la habitación en la oscuridad. Podíamos escuchar nuestros propios latidos, rápidos y fuertes. El silencio era ensordecedor, solo interrumpido por nuestras respiraciones entrecortadas y el crujir de los vidrios bajo sus pies.

Entonces, un sonido. Un gruñido bajo y gutural que resonó en toda la habitación. Era uno de ellos, estaba aquí. Podíamos sentir su presencia, su hambre. Estábamos atrapados, sin salida.

La tensión era insoportable. Cada segundo parecía una eternidad mientras esperábamos, temiendo lo que vendría a continuación. ¿Sería este nuestro fin? ¿O solo el comienzo de una pesadilla aún más aterradora?