Capítulo 3: ¿Quién lo busca?

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Al día siguiente, estaba en mi trabajo cuando la llamada de mi hermana me interrumpió. Siempre le he dicho que nunca me llame a menos de que sea realmente importante. Le había dicho a Denver que se quedara en casa y que no saliera, y por cualquier cosa que me llamara. Ya no tenía que explicarle las cosas como antes, él ya sabía cómo funcionaban las cosas. Miré por la ventana mientras veía la ciudad desde el quinto piso del edificio.

—¿Ahora qué ocurre? —pregunté.

—¡Atrapé a un ladrón! —dijo chillando.

—¿Qué ladrón? ¿A qué te refieres?

—¡Tienes que ponerle otra cerradura a tu apartamento!

Entre la llamada veo que se me acerca Katerin con unos documentos en mano, le hago seña de que espere, pero ella pregunta quién es, luego llevo mi celular a mi pecho.

—Es mi hermana— ella asiente y se acomoda en el asiento.

—¿Qué hiciste?

—¡Lo noqueé!

—¿Noqueaste a quién?

Katerin, me miro con intriga, luego se levantó.

—¡A un tipo que estaba en tu apartamento!

—No... me digas... que...

¡¿Había noqueado a Denver?! No le había dicho que él estaba en casa y era lógico que ella no lo conociera.

—¿Y está muerto? —pregunté con el corazón en la mano... aunque en realidad él no era un humano, así que un golpe no lo iba a matar.

—¿Quién está muerto?— me susurro ella mientras trataba de escuchar la llamada.

—Espera, voy a verificar —dijo mientras escuchaba sus pasos y su respiración pesada— ¡Está vivo!

—No hagas nada, que voy para allá —dije mientras salía y me dirigía hacia el ascensor— ¿No te hizo daño?

—Ponlo en alta voz maldita, seas— me susurro nuevamente Katerin impaciente.

—No, deberían contratarme para ser detective. Y no, no me hizo daño— dijo mi hermana.

Katerin asintió, su rostro serio.

—No te muevas, ya iré en camino— dije mientras me acerque al ascensor mirando a Katerin con cofunción.

—¿Qué? Estoy libre, iré contigo— dijo tocando el botón del primer piso.

Cuando ya estuvimos afuera me subí a mi auto y ella en el copiloto no sabía como explicarle que Denver era mi amigo y que no era un intruso.

—¿Quién está muerto?— pregunto ella de nuevo.

—Nadie.

—¿Cómo que nadie?

—Es Denver, es mi culpa, no le explique que él aún seguía en casa— dije acelerando— ella lo noqueó.

—¡¿Qué?! A ese bonito ojos lindos ¿Ella lo noqueó?

—Si— dije asintiendo.

Volví a llamar a mi hermana.

—Escúchame, Ivy, él no es un intruso, es Denver, no llames a la policía.

—¿Tu amigo? ¿Por qué no me lo dijiste antes?

—Lo siento, Ivy, debí haberte dicho que Denver estaría en casa. No es un intruso, es mi amigo —dije, tratando de mantener la calma.

Hubo un silencio al otro lado de la línea, luego escuché a Ivy suspirar.

—Bueno, eso habría sido útil saberlo antes —dijo, su voz sonaba un poco molesta—. ¿Y ahora qué hacemos?

Entre el peligro y el amor [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora