Parte 2: Peligro

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—¡Huyan!— gritó Denver, su voz resonó en la sala, llena de urgencia. Me quedé paralizada ante la visión de esas cosas en nuestra casa— ¡Salgan ahora!

Sin pensarlo dos veces, Katerin agarró a Ivy y corrieron hacia la puerta trasera. Podía oír los gruñidos de los Verdant Horrors acercándose, el sonido de sus garras arañando el suelo.

—¡Vamos!— gritó Ethan, agarrándome del brazo y sacándome de mi trance. Corrimos tras Katerin e Ivy, con los Verdant Horrors pisándonos los talones.

Justo cuando estábamos a punto de llegar a la puerta, uno de los Verdant Horrors se lanzó hacia nosotros. Pero antes de que pudiera alcanzarnos, Denver se interpuso, enfrentándose a la criatura con una ferocidad que nunca había visto antes.

—¡Corran!— gritó Denver, luchando contra la criatura mientras nosotros escapábamos.

Una vez fuera de la casa, Katerin, Ivy, Ethan y yo nos detuvimos a tomar aliento, mirando la casa que una vez fue nuestro hogar, ahora invadida por esas horribles criaturas. Pero no había tiempo para lamentarse. Teníamos que movernos, teníamos que encontrar un lugar seguro.

—¡No!— interrumpí a Ethan, mi voz resonando en la habitación— No podemos dejarlo solo. Denver es fuerte, pero está enfrentando a esas cosas solo. Tenemos que ayudarlo.

Ethan se volvió hacia mí, sus ojos llenos de frustración.

—¡¿Quieres que las dejen aquí sin protección?! ¡No sabes cómo enfrentarlos sola!— dijo, pasando sus manos por su cabello rojo en un gesto de desesperación.

—¿Crees que eso para él es mejor?— repliqué, mi voz temblaba un poco, pero me mantuve firme— son criaturas horrendas y fuertes, pero Denver...

Mi voz se desvaneció cuando un monstruo se lanzó sobre él. El impacto fue tan fuerte que hizo crujir los vidrios de la bodega. El sonido agudo del cristal rompiéndose llenó el aire, seguido por el estruendo sordo del cuerpo de Ethan golpeando contra la pared de la bodega.

Me quedé paralizada, incapaz de moverme, incapaz de respirar. Ethan estaba justo al frente mío y ahora estaba... estaba...

La escena parecía sacada de una película de terror, con la única luz proveniente de la luna llena que se filtraba por los vidrios rotos, proyectando sombras espeluznantes en el rostro de Ethan. Su cuerpo yacía inmóvil, su cabello rojo manchado de oscuridad.

—Kate... Katerin— balbuceé, luchando por mover mis piernas. Mi voz era apenas un susurro, pero lo suficientemente fuerte para que se escuchara en el silencio de la bodega— Ivy, ¿Dónde están?

Antes de que pudiera obtener una respuesta, un gruñido bajo y gutural llenó el aire. Un escalofrío recorrió mi espina dorsal mientras me giraba lentamente hacia el sonido.

Allí, emergiendo de las sombras, estaba el monstruo. Era una criatura horrenda, como nada que hubiera visto antes. Tenía al menos dos metros de altura, con piel escamosa de un color gris oscuro que parecía absorber la luz de la luna. Sus ojos brillaban con un resplandor rojo siniestro, y una hilera de dientes afilados asomaba de su boca abierta. Sus garras, largas y afiladas, raspaban el suelo de concreto de la bodega, enviando chispas volando.

El monstruo avanzó hacia mí, cada paso que daba hacía temblar el suelo bajo mis pies. Me quedé allí, paralizada por el miedo, mientras la criatura se acercaba cada vez más.

El monstruo se acercaba lentamente, cada paso que daba resonaba en la bodega como un eco siniestro. Podía oír el raspado de sus garras contra el suelo de concreto, un sonido que enviaba escalofríos por mi espina dorsal. Su respiración era pesada y gutural, llenando el aire con un hedor fétido que me hizo arrugar la nariz.

Entre el peligro y el amor [✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora