El frío hielo del norte a veces era un castigo para los pequeños pueblos urbanos de Rusia, sobretodo para unos hermanos que vivian en una pequeña casita de madera rustica en los montes urales, un poco más alejados del pueblo.
Rusalka, la hermana mayor, siempre se había ocupado de proteger a sus hermanos de todo, desde que su padre los abandono hasta que su madre desaparecio una noche, la gente del pueblo estaba de acuerdo en que los había abandonado y había ido a buscar a su esposo, pero los niños nunca creyeron eso. Gracias a las cabras, vacas y gallinas que disponían, pudieron seguir adelante gracias a los esfuerzos de la pequeña Rusalka de tan solo 13 años.
Ithuriel era pequeño y debilucho comparado con su hermana, tenía anemia y problemas para relacionarse, apesar de todo, Ithuriel era un chico muy listo, "superior a los adultos" según Rusalka, quién era consciente que Ithuriel necesitaba comer más por su anemia y sin que él la viese, dejaba la mitad de su comida a Ithuriel.
Tambien tenían a sus hermanos pequeños que tambien hacían su parte cuidando a las gallinas y dandoles de comer, su vida no era fácil, pero eran felices.
Un día, Rusalka pilló un catarro algo más elevado de lo normal y aunque ella insistiese que estaba bien y se recuperaría en cama, Ithuriel fue cabezota y se fue a buscar un médico.
Cosa que fue en vano, ya que, el médico exigio que esperase hasta mañana, porque ya tenía muchos pacientes y a pesar de la pataleta de Ithuriel, solo consiguio que el médico lo golpease tirandolo al suelo.
Pero lo peor acababa de empezar cuando al llegar a casa vio a su hermana tirada en el suelo sangrando como si protegiese a Katyusha.
