CAPITULO ONCE - RAFAEL

6 2 0
                                    

        14 marzo del 2019

Cuando Santiago llega a la mesa, está sonriendo como el niño que es. Yo siempre he respetado mucho a Santiago, es el hermano de Laura y solo con eso me basta para tenerle aprecio. Además, siempre hemos conectado, posiblemente, porque en muchas cosas, nos parecemos mucho.

Sin embargo, desde de la muerte de sus padres, lo veo como la única familia de mi alma gemela y, por lo tanto, no quiero contradecirlo en nada referente a Laura. Evito a toda costa que aparezcan problemas entre ellos por mi culpa, pero ahora necesito hacerle entender que lo más importante es que Laura se sienta segura y evitar que sufra tanto. Si para llegar a eso, tengo que discutir con Santiago, estaré preparado.

- Friki, tenemos que hablar aprovechando que estamos a solas – voy directamente al grano, como me ha enseñado mi abuelo.

- Claro, ¿qué necesitas? Sabes que siempre puedes contar conmigo.

- Y tú conmigo también. Pero el tema de conversación no te va a gustar nada y es en lo único que eres reacio a ayudarme – allano el camino.

- No voy a dejar que te lleves a Laura, cuñado. Tendrías que matarme – afirma.

- No, Friki, no es eso. Sabes que te respeto muchísimo. Independiente de tu edad, eres la familia de Laura y para mí eres como su padre. Nunca lo admitiría delante de ella, porque se disgustaría mucho, pero esa es la verdad.

- Lo sé, cuñado y no tengo nada que objetar. También sé que no debe de ser fácil, aunque sea menor que vosotros, tengo ojos en la cara y sé cómo funciona el mundo de las hormonas. Entonces, ¿qué es lo que pasa?

- ¿Sabías que tu hermana a veces sueña que la vuelvo a abandonar? – le pregunto apenado.

- Ya no tanto, hace tiempo que está más tranquila – me contesta triste él también, siempre se ha preocupado mucho por su hermana.

- ¿Y no te inquieta? - le pregunto contrariado.

- Claro que sí, pero no podemos hacer nada. Tú no puedes volver y ella no se puede ir contigo. Tan solo debemos esperar y cuando todo se arregle, seguro que estará bien.

- Necesito que me dejes que le demuestre más el cariño que siento por ella, Friki. Quiero que se dé cuenta de que la quiero, sin importar quién esté delante. Que podamos ir de la mano. Tener detalles de afecto hacia ella, aunque estés tú. Prometo que no me voy a lanzar encima, ya me conoces. Nunca les faltaría el respeto a vosotros y menos a ella. Siempre he defendido que es una princesa y la trataré como tal. Pero ahora necesito que ella sepa que es lo único que realmente me importa.

- Pero sin embarazo – matiza Santiago.

- Por supuesto, Friki – le sonrío.

- Y a lo mejor podemos planear ese viaje a Marruecos sin ti este verano, y puedes venir de sorpresa, podríamos prepararlo cuando sepamos cuando sales del programa de protección de testigos – el Friki cuando quiere es el mejor.

- Eso estaría genial. Yo lo organizaría todo y lo haría dándole prioridad absoluta a la seguridad.

- Incluso podrían quedarse en su propia habitación. Pero con precauciones, cuñado, de verdad que no quiero una hermana embarazada tan joven y sin casi haber vivido.

- Por una habitación para nosotros solos mataría. Y aunque todos crean que he matado alguna vez, te aseguro que solo neutralizo a las personas, nunca he matado a nadie.

- ¿Y las precauciones? – me dice serio.

- Nunca haría nada que pudiese perjudicar a Laura y que vulnerase tu respeto. Además, sabes que en el siglo veintiuno existen formas para evitar que tu hermana se quede embarazada, ¿verdad? Pero nosotros no tenemos prisa, estamos conociéndonos y aprendiendo el uno del otro. Iremos despacio, esperaremos. Aunque sabes, que tu hermana no me lo pone nada fácil.

ÍNGRIMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora