CAPÍTULO 22

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sin editar

VENUS

La cocina del Penthouse Armstrong es un espacio abierto y tan amplia como un restaurante de alta cocina. Tiene tres refrigeradores, una estufa con seis orillas, y una parrilla en la que puedes cocinar un buen Porterhouse a término medio con perfecta precisión. Luego de haber tenido una segunda ronda en el baño privado de Tobías, necesito hidratarme antes de que mi cuerpo me pase factura y comience a sentirme mareada por la falta de liquido. En la ducha fue inevitable y a consecuencia perdimos la nocion del tiempo.

Estoy bebiendo una botella de agua cuando me encuentro frente a frente con el resto de los hermanos.

No existe excusa alguna para encontrarse con una chica en camisa de hombre, con el cabello mojado, ¿o si?

Ellos estan sentados en la extensa mesa de comedor, en silencio. Mirándome como si fuera una especie de espejismo.

De repente los brazos de Tobías envuelven mi cintura y murmura algo como: — Creo que voy a tener que comprar un arsenal de condones—  pero al notar que de mi parte no había reaccion, su mirada busco aquello tan impresionante. Entonces él también los encuentra, en cambio su reaccion es distinta, tranquilidad ante todo. 

— ¿Han comido ya? — les preguntó, aun idiotizada por la cocina, sin encontrar la salvación a mi situación.

Hace más de una hora, estuve de acuerdo en seguir adelante con este juego sexual, aceptando follar con Tobías y con ello, aceptado a sus hermanos por igual. Lo supe cuando se detuvo y dudo, y yo, lo acepté sin problema. Me deje llevar por el calor del momento. No obstante, tenerlos frente a mí, reconociendo que yo también he hecho un pacto al acostarme con uno de ellos, se vuelve un poco más tosco de procesar.

¿Nos escucharon? ¿Habrán escuchado mis gritos?

No había manera en que pudieran escucharnos estando en un lugar tan espacioso.

Pero sus miradas lo dicen todo. Ellos escucharon.

— ¿Tienes hambre? — me pregunta Tobías, volviendo a mirarme, asombrado por mis palabras. Mi asentimiento frenetico causa que él vuelva a reírse, mientras sus hermanos nos observan aún perplejos —. Realmente eres una glotona.

Encuentro el doble sentido en sus palabras, tanto como sus hermanos quienes poco a poco se levantan para acercarnos a nosotros. El primero siendo Adrián quien silba y sonríe divertido.

— Tobby, es que con todo lo que se manifestó Afrodita, hasta yo me muero de hambre— murmura. Juguetón y morboso como él solo, relamiendo sus labios. Seguidamente aplaude —. Pero bien, en qué momento me perdí y no lei la clausula en la que "somos solo amigos" pero podemos follar, porque recuerdo que fuimos rechazados la última vez que se intento algun tipo de acercamiento sobre el tema sexual.

Alex se levanta, mirándome con firmeza. Las palabras de Adrián no son simple bazofia, cargan la intriga del resto, incluyéndolo a él. Killian y Devon terminan por acercarse y mientras el menor luce fascinado como si estuviera viendo la más hermosa joya, Devon luce siniestro y solitario. Lejano al presente, no obstante puedo ver que también desea conocer la respuesta.

¿Porque he hecho la tonteria de follar con Tobías cuando ya habiamos estipulado una sana amistad?

— Hermanos, por favor no empiecen, esto fue...

Interrumpo a las intenciones de Tobías al defenderme.

— ¿Realmente les importa? — le preguntó sin preámbulo, notando a Adrian y su sonrisa burlona.

El Sabor de VenusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora