El Sabor de Venus

CAPÍTULO 25

¡Hola, Roddippers!

VENUS

Adrián manejó todo el camino en silencio, solo con la música de fondo y sus manos en el volante, llevando el marca millas a números altos. No se como describirlo pero estoy segura de que existe una historia más allá de lo que las gemelas me llegaron a contar sobre la relación que tenían con ellos, especialmente Dallas y él. Su reacción no es la de cualquier persona encontrándose con una chica a la que humilló por placer.

Que pudo haber sido tan fuerte como para que Adrián perdiera su papel de niñito ingreido, siendo reemplazado por un hombre herido que le da igual que lo esten viendo sin animos.

El penthouse se encuentra a una temperatura fría cuando llegamos y con todas las luces apagadas, volviendolo un lugar pacifico. Siendo iluminado por las luces de la ciudad, puedo verlo acercarse al bar y servirse una copa de algún licor. Posteriormente abre la puerta de cristal y sale al balcón. Me quedé en el interior, quitándome los zapatos antes de acompañarle en el exterior.

— Es la primera vez que no eres un narcisista, engreído de humor negro — le digo, intentando bromear con él.

Afortunadamente se ríe por lo bajo, murmurando agotado; Oh, Afrodita. — posteriormente mirándome con aquella expresion nueva para mi.

— Supongo que aún no puedo controlarme cuando se trata de ellas — murmura en voz baja, volviendo su vista al paisaje —, Lo he intentado por años.

— Si tanto te ha afectado, ¿Por qué las humillaste en primer lugar? — le pregunto, poniendo mi espalda contra el barandal, teniendo mi atención en él.

Vuelve a reírse, esta vez como si mis palabras fueran el mejor chiste que ha escuchado.

— Era necesario — es su única respuesta —, Lamento que ocurriera lo mismo contigo, ellas realmente perdieron a una chica genial.

Mi rubor vuelve a subir, esta vez cambio la mirada porque no estoy acostumbrada a los elogios por parte de Adrián. El siempre es arrogante y narcisista, con un cinismo nato. Es lo que hace su personalidad, esa escencia de ricachon que no le importan los sentimientos del projimo, salvo él mismo.

— Me hablaban demasiado, Adrián. Soy una chica normal, que ha cometido estupideces en su vida y simplemente quiere disfrutar del presente y dejar de sobrepensar las cosas.

— Qué importa si te veneramos Afrodita, para nosotros eres mucho más que una chica normal — asegura él.

Lo encuentro mirándome, esa intensa mirada que enloquece y por la que las gemelas han tenido tanto rencor por estos hermanos.

Adrián es pura estética. Un icono de moda para los hombres, que no le importa lucir femenino con tal de embellecer su imagen.

Así como esta noche que ha llevado un atuendo a la moda y atrevido para ser hombre. Un escote que deslumbra su trabajado torso y colgantes al estilo Rock Star, volviendo un ícono en la sexualidad. Conozco de antemano que su preferencia es de ambos sexos, por lo que no estaría mal verlo con otro hombre de la misma forma que estuviera conmigo.

— ¿Por qué Dallas y Blake los odian tanto? — le pregunto, queriendo escuchar su lado de la historia.

Adrián niega.

— No quiero hablar de ellas ahora, Afrodita.

— ¿De qué quieres hablar? — me relajo un poco y volteo para ahora ver la ciudad.

— Podria ser del casi orgasmo que tuviste en el antro antes de que nos interrumpieran— murmura, utilizando un tono seductor y caliente que me eriza la piel.