CAPÍTULO 32

1.6K 116 65
                                    


borrador

borrador

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

ALEX


«Necesito falsificar una prueba de paternidad, ASAP― Bianca Stewards»

Mi padre se encuentra conversando con los inversores de San Francisco que han tomado su tiempo para hacer una visita a nuestras empresas, mientras Duncan y Parker alardean a nuestros inversionistas con halagos tontos.

El mensaje sigue brillando en mis notificaciones tan molesto como el remitente.

Aún cuando ya le he avisado a Adrián que deben encargarse del asunto, no dejo de sentirme alterado por el problemita en que Bianca se ha metido.

Un maldito embarazo falso.

Todo por lograr retener al hermanastro lejos del oeste.

Debo admitir que me sorprendió cuando me dio la noticia, no esperaba mucho de ella. El dinero no cambia a cualquiera, es algo que suele decir mi padre y nunca se ha equivocado.

Escucho a mi padre extender una invitación formal al grupo Green, mencionando el evento de beneficencia de mamá. Una de sus galas millonarias. Me despido repitiendo el saludo que mi tío y el asistente de mi padre emiten, encontrándome directamente con la abogada de nuestros invitados. Una mujer hermosa de porte elegante y educación en Seattle.

—Gracias por recibirnos el día de hoy, Alex— me dice ella en un tono profesional, más puedo ver su mirada y la manera en la que sus labios se entreabren con aquel labial oscuro.

—El placer es nuestro— estrechó mi mano, utilizando el mismo tono profesional —, Espero que tengan un buen viaje de regreso a casa.

La mujer por un momento se ve frustrada. Rechazarla no parecía ser parte de sus planes, pero es lo menos que me interesa.

Cuando finalmente estamos solos en el salón de reuniones, Duncan exhala alivio.

—Creo que se han ido satisfechos, les hemos dado los futuros planes y han visto las maquetas con mucho interés — comienza a decir mi tío.

—No tendrán tiempo de rechazar el acuerdo, esas tierras serán nuestras y el puerto estará en proceso a más tardar a fines de año — murmura mi padre, quien ahora se relaja en el asiento —. Has de hacer una invitación a cada uno de ellos, avísale a Miranda que tendremos algunos inversores en la fiesta.

—¿Por qué tan callado, Alex? — escucho a mi tío, quien ahora me mira con una sonrisa cómplice —, vi como la señorita Jones coqueteaba contigo.

—Deja a mi muchacho, sabes que tiene novia.

Papá le responde en un tono divertido.

— ¿Desde cuándo tener pareja es un impedimento para ti? — El comentario de mi tío hace que mi padre se ría, seguidamente niega.

El Sabor de VenusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora