CAPÍTULO 2.059-SANTA Y DULCE DESPEDIDA

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CAPÍTULO CINCUENTA Y NUEVE

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CAPÍTULO CINCUENTA Y NUEVE. 

59-THANK YOU

GIOVANNIE ALLEN.



–Vamos, hijo. Tienes que calmarte.

– Pero si algo les pasa.

– Gio, ¿Qué les puede pasar en un restaurante?- su expresión de burla era mucha- A lo más loco que pueden llegar es que tengan su charla de chicas.

– ¿Charla de chicas?

– Si ya saben. Como por ejemplo, como depilarse, los dolores de la menstruación, fantasías sexuales frustradas, citas horrendas, intimidad u orgasmos fingidos –enumero mí cuñado con los dedos. 

Todos lo miramos a punto de reír.

– ¿Qué? Fui modelo les recuerdo –su gesto de vergüenza era muy clara. 

No dijimos nada.

– Señores ya estamos aquí- informo el chofer y bajamos. Entramos al Karaoke.

Papá una ocasión me conto que, su despedida de soltero en la milicia fue libre de alcohol pero que aun así terminaron en los separos al día siguiente por terminar alterando el orden en la vía pública a las tres de la madrugada.

Daría mi vida porque él compartiera estos momentos conmigo, que me vea y me aconsejará del peligro de la bebida, que mi despedida de soltero lo hubiera organizado él.

– ¡Atención todos!– hablo el General.– Estamos aquí para rezar porque entres en razón, porque próximamente un Soldado habrá caído –reímos por su referencia– Así que hoy te abriremos los ojos, porque tú te casas pero nosotros....

– ¡Vivimos solteros! –gritaron todos y reí.

–Esto habría sido una despedida de soltero a lo masculino, pero...

Ed se acercó hasta mi con una banda que decía "She said no strippers". Lo leí y negué.

– A esto vas hermano.

Voltee a ver a mi suegro y estaba que moría de risa. Tomo la banda y me la coloco. Sonreí y me palmeo el hombro.

–Bueno. Como por orden de tu mandamás no hubo strippers, nosotros te organizamos una sorpresa. –los chicos se enfilaron. – ¡3... 2... 1!

El primero en desfilar fue mi suegro, se quitó su chaqueta y leí lo que llevaba membretada su playera.

– El que manda en la casa soy yo –reí mientras negaba.

– Nuestro amigo perdió la cabeza, ahora se quiere casar –reí al ver la frase de mi cuñado. Ya lo veré.

–Que no se entere mi esposa –negué y Ed solo se encogió de hombros.

MIRA AL CIELO |2|. DE LO PERDIDO,  LO GANADODonde viven las historias. Descúbrelo ahora