Fyodor regreso de clases bastante molesto, al final no había podido dividir su trabajo de historia con Sigma, iban a tener que juntarse y trabajar juntos si querían lograr una buena calificación y tendría que ver de qué manera se organizaba con sus amigos para el taller de teatro.
- ¡Maldita mi suerte!. Voy a tener que ver toda la semana a Sigma con cara de soy tan buena persona.- Tenía que ser realista, no podía hacer todo el trabajo solo, así que quedaron en reunirse un par de días después de las clases en la biblioteca el único lugar neutral donde creía que podía estar al lado del bicolor sin decirle ninguna pesadez.
Nikolai era el único contento, al menos podría estar cerca de su amigo Sigma, era como estar junto a sus dos personas favoritas.
- Si pudiera les ayudaría con el trabajo Fyodor, pero no te preocupes Sigma es muy inteligente, de seguro trabajan bien juntos y estos días les pueden servir para empezar a llevarse mejor, o al menos para que yo logre averiguar porque te desagrada tanto mi mejor amigo.-
Por toda respuesta fue arrojado a una silla.
- ¡No es necesario que te desquites conmigo!.-
- Te voy a buscar un lugar cómodo para que te quedes.-
- Preferiría que me ayudaras a volver a la normalidad.-
Ahora solo estaba de adorno en el cuarto de Fyodor, era dueño de toda una pequeña repisa, que había adecuado para él, con adecuar se refería a que el ruso saco todas las cosas que había en la repisa y lo dejó solo a él , claro tenía sus ventajas y una muy buena vista, pero aun no lograba descubrir que le había ocurrido ni cómo solucionar su problema. Además sus dudas respecto a si Fyodor lo escuchaba o no aún estaban rondando su mente.
- Siempre.me imaginé dando vueltas por tu pieza pero nunca de esta manera, esto es muy deprimente.- Hablaba sabiendo que iba a ser ignorado.
El poder de la amistad no funcionó Sigma no logro escucharlo de eso estaba seguro, su mejor amigo si o si hubiera hecho todo lo posible por rescatarlo. Y el poder del amor tampoco funcionaba Fyodor no le prestaba atención cuando hablaba. Bueno cuando su cuerpo era normal tampoco le prestaba atención, Ahora que era pequeño y de trapo recibía mucha atención del peli negro siendo un muñeco Fyodor lo miraba, arreglaba su cabello y lo mimaba, pero no lo escuchaba o eso quería creer, para no deprimirse aún más.
- ¿No me escuchas verdad?.- Pregunto sentado en la repisa y vio como el ruso que iba caminando se detuvo le sonrió y luego continúo haciendo sus cosas.
- Tu actitud, hace que me queden más dudas, si me escuchas, podrías responderme decirme algo al menos, darme alguna señal, porque no te veo con muchos ánimos de ayudarme a volver a la normalidad.- Como respuesta Nikolai fue depositado en la cama y allí se quedó escuchando como el ruso practica el violonchelo.
- No sé, si tomar eso como una señal. ¿Podrías darme una respuesta más concreta?.-
Solo logro llegar a una conclusión, el anciano Fukuchi había convertido su cuerpo en trapo, en palabras de Fyodor en un adorable payasito de trapo, con alguna brujería octogenaria de la tercera edad. Pero si su compañero lo escuchaba o no aún era algo que no le quedaba claro, Dostoyevski siempre ha sido misterioso muy reservado y observando su casa sabía que había algo que no estaba bien aquí, ¿podría ser su compañero de clases también un brujo?, vivía cerca del callejón de los brujos quizás eso significaba algo.
Si lo escuchaba y no quería ayudarlo tendría que salir de aquí, el problema era como lograrlo y de escaparse si lo lograba, debía hacerse entender para regresar a la normalidad y si lograba hacerse entender ¿cómo iban a ayudarlo?, dudaba que Sigma supiera de brujería o conociera a algún brujo y sería muy peligroso pedirle a su amigo que buscara al anciano Fukuchi. Sus conclusiones no lo estaban ayudando, ya era de noche, supuso que era bastante tarde ya que su compañero termino de hacer sus deberes y ahora dormía profundamente.
El pensar en lo corta que fue su vida estudiantil en todo lo que no pudo hacer lo hizo desesperarse y llorar con todas sus fuerzas. Se sentía tan triste, frustrado, molesto y lo peor de todo. Nadie podía escucharlo, él que estaba acostumbrado a hablar, hablar y seguir hablando ahora no podía hablar con nadie.
Fyodor despertó asustado al escuchar ruidos extraños en su casa. Se quedó unos momentos en silencio fingiendo dormir y analizando la situación, los ruidos eran tan continuos y molestos que decidió revisar que ocurría. Se levantó en silencio. Tomó un bate de béisbol, típico regalo que le dieron y nunca uso ya que era pésimo en los deportes, y antes de salir del cuarto tomó también a su muñequito.
- ¡¿Eh... eh qué ocurre ahora?!.- Estaba llorando y gritando su pena y rabia hasta que Fyodor lo tomó y salieron en silencio del cuarto.
- Alguien entró a la casa.- Hablo Fyodor.
- ¿Ladrones?. No puede ser, Fyodor llama a la policía o que alguien más se haga cargo.-
El ruso se quedó apoyado en una de las paredes, respiró profundo, estaba asustado, apretó con más fuerza a su muñequito y antes de salir al pasillo colocó a Nikolai primero.
- ¡No me coloques de escudo!.-
Movió al payasito de un lado a otro y luego se asomó. De esa forma fue revisando cada cuarto.
- Todo despejado,-
Decidió hacer una prueba en la siguiente habitación que se asomó no dijo nada, Se quedó en silencio, total si su compañero no lo escuchaba ¿para que hablar?. y ante su silencio Fyodor lo movió de forma violenta de un lado a otro hasta que nuevamente respondió.
- ¡Ey... ey, ya... ya entendí no hay nadie aquí, ya está claro que me escuchas!.-
El ruso solo resoplo molesto y siguió avanzando.
- Tampoco hay alguien en esta habitación, puedes entrar.- Al final Nikolai decidió cooperar, aunque no serviría de mucho en caso de que los atacaran, pero ya que era el primero en dar la cara, iba relatando lo que ocurría y Dostoyevski no se asomaba hasta que su compañero indicaba que estaba todo bien, ¿extraño no?.
Fyodor terminó con todas las luces encendidas de su casa, revisando que ventanas y puertas estuvieran bien cerradas.
- Qué susto más grande. ¿Ahora qué hacemos?.-
- Vamos a desvelarnos. No creo poder volver a dormir después de esto. - el ruso pasó todo lo que quedaba de noche en la cocina leyendo y tomando café con Nikolai en la mesa, cuando se sentía cansado o necesitaba descansar la vista movía a Nikolai o le tiraba la trenza.
- ¡Si... si también estoy despierto!.-
Así los dos se mantuvieron despiertos, en cuanto amaneció se arregló y salió llevándose nuevamente a Gogol, el cual iba más dormido que despierto, pero con una clara idea en su mente, tenía que huir, Fyodor lo escuchaba y quería que se quedara en esta penosa condición, no, no iba a permitir que su compañero por mucho que le gustara le quitara su libertad.
Vaya manera de desenamorarse de alguien.
El fin de semana lo paso muy silencioso ideando diferentes maneras de escaparse del ruso, su principal problema era que no podía moverse, así que tendría que hacerse notar para que alguien lo ayudará. Pero no se le ocurría de qué manera lograrlo.
Por su parte Fyodor estaba muy inquieto, lo notaba, se paseaba de un lado a otro de forma nerviosa, era extraño ver al ruso de esa manera. Nikolai ya no intentaba hablarle. Solo observaba, descansaba y por las noches atacaba. Esperaba que Dostoyevski durmiera y usaba todas sus energías para intentar moverse o hablar, gritaba, cantaba y a veces insultaba a su compañero, era la única forma de venganza que se le había ocurrido. Fyodor encendía las luces del cuarto se quedaba mirándolo con cara de deja dormir maldita sea y luego apagaba la luz y se cubría completo intentando seguir durmiendo. Y Nikolai se dedicaba a ser más bullicioso de lo que naturalmente era.
Así paso el fin de semana, un cansado Fyodor se arregló lo mejor que pudo para que no se notaran sus ojeras, echando sin mucho cuidado a Kolya en su mochila se dirigió a clases.
Ese día iba traer muchas sorpresas para el pequeño Nikolai.

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Intercambio.
FanfictionDespués de fastidiar a un brujo, Nikolai Gogol se ve envuelto en una incomoda situación, donde solo su amor verdadero podrá ayudarlo. Los personajes no me pertenecen. Se prohíbe cualquier tipo de copia o plagio de la historia.