Entrometido.

240 25 40
                                    


- ¡Pero miren quien está aquí, el gran Fyodor!, es extraño que no le estés haciendo de perrito guardián a Sigma.-

Genial, que mejor que empezar un día de clases teniendo a Ace tratando de incomodarlo. Es lo que se merecía por meterse en los problemas de los niñitos ricos de la escuela. El ruso solo lo ignoro y siguió caminando pero el peli claro empezó a caminar a su lado hablando a viva voz para que todos escucharan.

- ¡Y cuéntame cuanto te está pagando Sigma para que lo defiendas!.-

- ¿Cuánto me paga?, bueno parece que me paga mucho mejor que al grupo de estúpidos que compras como amigos, porque no veo a nadie al lado tuyo, ¿acaso necesitan un día libre para descansar de tu presencia o también les pagas vacaciones?.-

- No necesito la ayuda de nadie para encargarme de ti.-

- ¿Enserio?, creo que no te fue muy bien el otro día, no queras que te vuelva a patear.-

- Te lo advierto Dostoyevski, como te sigas metiendo en mis asuntos lo vas a pasar muy mal.-

- No, tú lo vas a pasar muy mal, no tienes idea con quien te estas metiendo.-

- Si fastídianos o fastidia a Sigma y te va ir muy mal.-

- fastídiame o fastidia a Sigma y te va a ir muy mal.- parpadeo algo confundido de su propia frase; no sabía de donde saco eso de que debía dejar de fastidiar a Sigma, pero sus palabras salieron casi sin pensar. ¡A él le daba igual lo que pasara con Sigma!, ¿qué le pasaba a su mente últimamente?.

Si el cruce de miradas mataran de seguro Ace y Fyodor ya se hubieran auto eliminado. A su alrededor se habían juntado algunos estudiantes observando la escena. Incluyendo a Iván y Alexander sin entender que ocurría, su amigo y Ace nunca se habían hablado ni siquiera compartían clases, no entendían en qué momento se conocieron y se cayeron tan mal.

- ¿Y que se supone que haces con ese muñeco, acaso estas en el taller de costuras?.- Dijo con ironía Ace. Buscando algún otro motivo para molestar a Fyodor.

No había notado que llevaba a Kolya entre sus brazos hasta ahora, generalmente lo escondía en su mochila y lo sacaba a ratos, pero ahora solo salió cargándolo, se olvidó por completo de esconderlo. Antes de poder decir cualquier cosa o encontrar alguna escusa creativa, alguien se adelantó.

- ¡Déjalo no se puede separar de él, es su apoyo emocional!.-

Fyodor sintió que se le cayó la cara de vergüenza cuando escucho a Alexander hacer semejante declaración, para tratar de defenderlo.

- ¡Cómo se te ocurre decir tamaña estupidez!.- El ruso se giró para mirar a su amigo con cara de te mato aquí mismo.

Pero el daño ya estaba hecho todos los presentes incluyendo a un encantado Ace no dejaban de reírse de Fyodor. El timbre de inicio de clases ayudo a que la gente se alejara pero el ruso aun escuchaba como seguían riéndose.

- ¡Jajajaja... Fyodor... Prefiero mil veces comprar amigos que tener a un espantoso payaso de algodón como apoyo emocional, jajajaj!.- Ace se fue todo victorioso del lugar.

Dostoyevski solo apretó con fuerza a Kolya en sus manos, mirando de forma gélida a Ace y luego miro de forma molesta a Alexander. – ¡Cómo pudiste decir algo así!.-

- Oye es mejor decir eso, a decir que es el contenedor del alma de tu amor verdadero muerto al que nunca lograste conocer. Mejor dar vergüenza que pena, al menos es lo que pienso yo.-

Intercambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora