Sueños y pesadillas.

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Sin agregar nada más Fyodor acerco a Kolya y le dio un tierno beso en los labios.

Nikolai sintió que flotaba en el aire, se sintió tan especial, tan bien, sintió una agradable sensación que recorrió todo su ser, pero su pequeña ensoñación termino muy rápido, Fyodor le dio un tierno beso y luego, luego no ocurrió nada más.

Dostoyevski lo dejo en su repisa. Y se quedó mirándolo unos momentos, sonriendo con tristeza.

- ¿Pero... pero, que paso?, se supone que el beso, resolvería todo me volvería a mi forma original o me mandaría hacia el más allá, ¡pero no ocurrió nada!. No es que quiera desaparecer de este mundo, pero aun guardaba la esperanza de que cuando nos besáramos me envolvería en una brillante luz y mi cuerpo regresaría a su forma original, luego te presentaría formalmente a mis padres como mi pareja oficial, explicaría porque he estado desaparecido todo este tiempo y viviríamos felices, como cualquier final feliz de un cuento de hadas, ¡pero que decepción!. ¿Cómo se supone que mi cuerpo vuelve a la normalidad?.- Dijo casi llorando Nikolai.

La noche fue muy complicada para la pareja, Fyodor intento ordenar sus cosas, limpiar la casa y hacer cualquier cosa para distraer su mente y dejar de sentirse triste.

Nikolai seguía intentando entender que ocurría, planteándose la idea de desaparecer de este mundo si no podía volver a su verdadera forma, pero a su vez no podía irse y dejar a Fyodor con sus problemas personales, tenía que pensar en cómo ayudar y dejar de estorbar, aun no estaba seguro si realmente se sentía culpable por haber lastimado a Shibusawa o se sentía culpable por haber asustado a Fyodor, su cabeza era un completo lio.

Al quedarse dormido, tuvo un sueño muy peculiar:

Estaba en una gran casona, corría por los pasillos, abriendo puerta tras puerta buscando con desesperación, gritando y llamando a Dostoyevski por todos lados, sabía que estaba en problemas, su corazón se lo indicaba, pero no lograba encontrar al ruso. Finalmente al abrir una de las últimas puertas lo encontró.

Allí se encontraba su amado, descansando cómodamente en un adornado plato, junto con otras galletitas, si galletitas de chocolate de fresa de vainilla, había para todos los justos, era imposible para Gogol no haber reconocido de inmediato a su pareja, de entre todas era la galletita más bonita, la mejor decorada. Iba a tomarla con cuidado para no romperla ni arruinar su glaseado cuando lo vio. Desde la otra habitación apareció otro Nikolai.

Ambos Nikolais se miraron con sorpresa, retrocedieron un par de pasos, como si de un espejo se tratara el segundo Nikolai repetía los movimientos del primero y viceversa, hasta que el segundo Nikolai noto a Fyodor en la bandeja. Ambos Nikolai se miraron y corrieron con rapidez hacia el plato,

Empujándose y atacándose entre sí, ninguno de los dos dejaba que el otro lograra atrapar a Fyodor, hasta que hubo un ganador, uno de los Nikolai logro atrapar a Fyodor y correr lo más rápido que podía, seguido de cerca por el otro Nikolai que se negaba a perder a su galletita.

Pasando por diferentes cuartos hasta encontrar la salida, Nikolai logro salir de tan extraña casona. Sintiéndose totalmente victorioso miro a la pequeña galletita de Fyodor con ternura, le sonrió de forma amable y de un rápido movimiento se la comió.

Nikolai despertó de forma desesperada, mirando hacia todos lados, notando que estaba donde siempre, en la repisa del cuarto de Fyodor. Se quedó unos momentos tratando de tranquilizar su respiración, no entendía bien que había ocurrido, desde que quedo convertido en un muñeco de trapo, no había soñado, o al menos no recordaba haber tenido sueños que recordara al despertar, pero este sueño se sintió tan real.

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