Desgracia.

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Fyodor estaba en casa junto a su grupo, un silencioso ruso solo observaba como sus dos amigos conversaban, mientras jugaba con al trenza de Kolya.

- Estas muy silencioso, ¿te ocurrió algo?.- Pregunto Iván, a lo cual el ruso solo levanto los hombros con poco interés y siguió jugando con el cabello de su payasito.

- ¿Fue por lo que ocurrió con Ace?.- Siguió interrogándolo su amigo.

- Si eso te tiene preocupado, quédate tranquilo, no le rompiste la nariz, lo vi cuando salí y se encuentra en buenas condiciones.- Les contó Alexander.

- No me preocupa eso, me da lo mismo como se encuentre, total igual logro que me castigaran.- Contesto con desgano.

- ¿Entonces que tienes?.- Volvió a preguntarle Goncharov.

- Me bese con Nikolai, o mejor dicho el me beso.- Contesto mirando a su payasito.

- ¡Fue terrible, ese viejo desgraciado se aprovechó de la situación. Nos robó nuestro primer beso!.-

- ¡No puedo creer que dejaras que Nikolai te besara!.- Exclamo con interés Iván.

- Se me tiro encima no pude hacer mucho.- Respondió con sencillez Fyodor.

- ¡Pudiste gritar pedir ayuda!.- Reclamaba Nikolai.

- ¿Y tú lo dejaste?, ¿no hiciste nada para detenerlo?.- Iván miraba sorprendió a su amigo, conocía a Fyodor si no hubiera querido no hubiera dejado que lo besaran.

- ¿Y qué podía hacer?.- Dostoyevski contestaba mientras seguía concentrado en la trenza de su payasito. Iván se quedó mirando en silencio a Fyodor, analizando la situación.

- ¿Y qué tal besa?.- Pregunto Pushkin.

- Besa muy bien.- Contesto el ruso, mirando hacia otro lado, le daba vergüenza decirle eso a sus amigos.

- ¡Deja de decir eso, se me revuelve todo el estómago cada vez que dices que besa bien!.- Reclamo Kolya.

- Eso explica porque dejaste que te besara.- Dijo con obviedad Iván.

- Y luego que ocurrió.- Consulto Alexander.

- Le di un rodillazo en la entre pierna y me fue corriendo, que más podía hacer.-

- Bueno como técnica de seducción es bastante extraña.- Contesto Pushkin.

- ¿Y eso te tiene tan silencioso?.- Su amigo de cabello largo estaba tratando de sacar la mayor información, pero Fyodor a penas les contestaba, estaba más pendiente de la trenza del payasito que de otra cosa.

- Es que mañana tengo que encontrarme con él en el salón para limpiarlo, los dos tenemos el mismo castigo.-

- ¿Y qué vas a hacer?.-

- No voy a ir, no quiero verlo. No soy tan fácil como para que me esté besando en cualquier momento.-

- Es lo más cuerdo que te he escuchado decir en esta conversación.- dijo Nikolai.



Pero Fyodor cayó nuevamente en la tentación. Al día siguiente estaba encerrado en una de las salas desocupadas besándose y besándose con Nikolai. A penas se separaban para tomar aire y volvían a besarse, ninguno de los dos estaba interesado en entablar una conversación.

Intercambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora