Fyodor se movía perezosamente entre las sabanas de su cama, había sido una noche muy larga y extraña, por no decir peligrosa. Con algo de pereza se levantó, se preparó para ir a clases, antes de salir miro a su compañerito que continuaba desparramado en la cama.
- Ya me voy a clases, no hagas nada extraño en casa mientras no este.-
- ¡Fyodor, no me puedes dejar aquí!, vamos cárgame a clases, sabes que odio quedarme solo.- Reclamo de inmediato su compañero.
- ¿Cómo esperas que te cargue?, ¿acaso estás loco?, ¡Nikolai ya levántate o llegaras tarde a clases!.- Reclamo el ruso, provocando que de un salto Gogol saliera de la cama.
- ¡Es cierto, yo soy yo ahora!, me escuchas sin problemas. Disculpa, es que... es la costumbre pase mucho tiempo en esta situación en que nadie me escuchaba. ¡Jajajaj, ah es un alivio volver a ser yo!.-
- Voy a salir antes, no voy a llegar atrasado por ti.- El ruso iba saliendo, cuando su compañero le dio alcance y le grito.
- ¡Oye nada de irte por el callejón de los brujos!.-
- ¡Si lo sé!.- Contesto Dostoyevski despidiéndose.
Nikolai se quedó unos momentos apoyado en la puerta, miro sus manos y suspiro mirando al cielo. - Vaya noche que pasamos.- Mientras se arreglaba iba recordando todos los sucesos de la noche anterior, sin poder creer todo lo que había vivido.
El brujo tenia a Fyodor acorralado y su compañero lo único que hizo fue usarlo como escudo humano, o mejor dicho como escudo de algodón, en cuanto su cuerpecito hizo contacto con el rostro del brujo sintió un terrible dolor, sentía que todo el relleno de su ser quemaba con fuerza.
El brujo también se quejaba, ambos sentían como si se estuvieran quemando vivos y Fyodor, solo lo empujaba con más fuerza, recordó como suplico para que lo alejara del brujo, Fukuchi también suplico y lanzo un par de maldiciones, pero el ruso con su poca amabilidad y desconsideración natural por otros seres humanos no dudo en ningún momento, hasta que al parecer la misma energía que los estaba lastimando lanzo lejos a Fyodor.
Con espanto vio cómo su compañero quedo totalmente inmóvil en el suelo.
Se acercó lo más rápido que le permitió el cuerpo, hablando e intentando ayudarlo, con cuidado cargo a su amado dispuesto a sacarlo del callejón cuando lo noto. - Puedo cargar a Fyodor sin problemas, ¡ahora somos del mismo porte!.-
- No creas que vas a salir con vida de este lugar.- Moviéndose de forma más lenta pero aun siendo una peligrosa amenaza Fukuchi quedo frente a Gogol. - ¡Y ese infeliz ruso va a pagar por lo que acaba de hacerme!.-
Las palabras del brujo, lograron darle esperanzas, observar al brujo en su cuerpo real hizo que Gogol notara que había vuelto a la normalidad. - Mi cuerpo, ¡estoy en mi cuerpo, es genial!.- Con emoción abrazo a un inconsciente ruso.
- ¡No te acerques a nosotros, viejo desgraciado!.- Tanto Nikolai como el brujo se sentían muy débiles, moviéndose con lentitud, solo se amenazaban e insultaban.
- No recuerdo que nadie nunca me haya humillado de esta forma antes.-
- ¡Aléjate de nosotros!.- Cargando lo mejor que podía empezó a retroceder, no iba soltar por nada del mundo a Fyodor, necesitaba sacarlo del callejón y asegurarse que se encontrara bien.
- ¡Esto se acabó!, esta es una batalla que no puedes ganar.- El brujo estaba dispuesto a atacar, cuando una voz desconocida para Nikolai lo interrumpió.

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Intercambio.
FanfictionDespués de fastidiar a un brujo, Nikolai Gogol se ve envuelto en una incomoda situación, donde solo su amor verdadero podrá ayudarlo. Los personajes no me pertenecen. Se prohíbe cualquier tipo de copia o plagio de la historia.