Amistades.

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- Es porque soy yo tarado.- hablo por fin nuestro protagonista.- La noche anterior había quedado completamente atontado al ver su reflejo y notar que había sido convertido en un monstruo, o un simpático muñequito de trapo, según la perspectiva de Fyodor. Creyó que su mundo se derrumbaba que todo había terminado.

Después que Dostoyevski intentara lavarlo o según él ahogarlo en la tina quedo inconsciente. Nikolai paso toda la noche colgado, junto a la ropa del ruso, el pelinegro salió a su patio de madrugada. Tomo a Nikolai, su ropa seca, así todos juntos regresaron a la comodidad de la casa, dejo al payasito de trapo sentado en un mueble de su cuarto.

- Fyodor esto es terrible, ¡maldición escúchame por lo menos avisa a mis padres!, busca a alguien que haga algo no me puedo quedar así.-

El ruso ordeno su ropa sin escuchar a Nikolai, entro al cuarto de baño. Preparándose para empezar un nuevo día.

- No me puedo quedar tengo que moverme.- Nikolai empezó a concentrarse tenía que lograr mover sus piernitas, o al menos un brazo. Y sentía que iba a lograrlo,

- vamos tengo que concentrarme más, solo un poco más tengo que moverme tengo que moverme.-

Estaba usando todas sus energías hasta que se abrió la puerta del baño y Fyodor salió sin polera. Bien adiós concentración. Nikolai solo trato de seguir a su compañero con la mirada, hasta que este nuevamente desapareció detrás del baño.

- Segundo intento, esto es como estar en clases, tengo que intentar concentrarme todo lo que pueda, lograr moverme y tratar de dejar alguna nota o una señal para que me ayuden.-

Nuevamente tenía concentrada toda su energía mental, solo un bracito, lograr mover un bracito era lo único que necesitaba. Y se abrió la puerta del baño, Fyodor salió completamente desnudo con una toalla sobre sus hombros.

- ¿Lo estás haciendo apropósito?.-

La concentración de Nikolai desapareció de inmediato, y solo quedo la necesitad de observar todo lo que pudiera.

- No tengo que moverme, no tengo que moverme. - Un completamente inmovilizado Nikolai se quedó mirando a Fyodor.

- Yo sabía que en algún momento íbamos a terminar en una situación así, yo soñé este momento muchas veces, tú, yo juntos en la misma habitación, bueno quizás no de esta forma pero lo soñé. Tienes muy buen cuerpo Fyodor.-

Fyodor termino de arreglarse, preparo su bolso y miro un momento a Nikolai.

- Te prometo que trate de no mirar mucho, pero no me puedo mover, así que fue inevitable, si no hubiera desviado la mirada te lo juro. - Trato de disculparse, sintió que su compañero lograba escucharlo. Se sintió tan aliviado por un momento. Pero Fyodor tomo al payasito y también lo guardo en su mochila.

- Tú te vienes a clases conmigo.-

- Lo que me faltaba, hasta en estas condiciones tengo que ir a la escuela.-

Al estar en sus recuerdos había perdido el hilo de la conversación. Pero las ocurrencias de Pushkin lo regresaron al presente.

- ¿Y si le enteramos un alfiler en la cara?, ¿quizás es un muñequito vudú y lo que le pase lo siente el verdadero Nikolai?.-

- Suena interesante.-

- Claro que no.- Dijo Fyodor indignado.- No sé para qué te muestro mis cosas. Pushkin, no pase toda la noche desinfectándolo para clavarle alfileres.-

Intercambio.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora