Desaparecido.

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Clase de deportes, la peor clase para Fyodor, no era para nadie un misterio lo frágil que era su cuerpo, así que nunca estaba a la par con sus compañeros, había entregado los certificados médicos, gracias a eso no le exigían demasiado, pero de todas formas tenía que presentarse participar en las actividades y hacer el completo ridículo al no ser capaz de completar ninguna de las secuencias deportivas, al menos eso era lo que le molestaba antes de esa clase, ahora había otro factor que le causaba molestias.

- Te vas a tener que quedar en el casillero durante las clases, lo siento mucho pero no puedo llevarte a esta clase.- Hablaba el ruso con su payasito, no podía creer que cada vez que tenía que entrar a esta clase, le diera la misma explicación a Kolya de porque no podía llevarlo y aun así al dejarlo se sentía culpable.

- Fyodor no hagas esto, me voy a aburrir y me voy a sentir muy solo.- Y como siempre Nikolai le suplicaba que no lo dejare encerrado en el casillero.

- De verdad lo siento, ni siquiera sé porque te estoy dando explicaciones, eso me hace ver más loco de lo que ya piensan que estoy.- No había pasado para nadie desapercibido que Fyodor fue disfrazado de rata y como acompañante llevaba a su muñequito de trapo, el cual iba mucho más elegante que él.

- Fyodor soy claustrofóbico, entiéndelo no voy a resistir aquí, además con el anciano usando mi cuerpo es peligroso que nos separemos, hablemos esto y llévame a la clase de deportes, voy a estar más seguro allí y también te voy a poder cuidar.-

Fyodor cerró su casillero, y se dirigió a sus clases, pero no logro estar tranquilo, su mente estaba en el casillero preguntándose si lo había cerrado bien y si kolya estaba bien, no sabía que pasaba pero tenía un mal presentimiento.


Nikolai estaba recostado en la chaqueta de Fyodor, en esta clase solo se dedicaba a dormir hasta que el ruso lo fuera a buscar, estaba casi dormido cuando escucho ruidos extraños del exterior, de inmediato se puso alerta, se movió con rapidez intentando usar la chaqueta como escondite, tenía muy claro que si lo atacaban no podía hacer absolutamente nada para defenderse y tenía un enemigo que había jurado destruirlo.

- ¡Maldición esto está muy mal!.- Quedo cubierto por la ropa de Dostoyevski, rezando para que pensaran que el ruso como siempre lo llevaba en su bolso.

Pero su atacante conocía demasiado bien la rutina del ruso, así que, en cuanto forzó la cerradura del candado, empezó a registrar la ropa atrapando y sacando a Kolya con rapidez.

- ¿Tú qué haces aquí?, este no es tu casillero, cierra la puerta o tendrás muchos problemas.- Intento amenazar Kolya, sin lograr nada más que ser arrastrado fuera del casillero y ver con impotencia como era secuestrado.

- ¡Ayudaaaa..... auxilio... secuestrador de juguetes suelto... ayudaaa... que alguien llame a un maestro... auxiliooo. Fyodor ayudaaaa...!- Intento gritar con todas sus fuerzas, estaba siendo apretado de tal manera que no era capaz de moverse, con espanto alcanzo a ver como se alejaban de los salones de clases.

Fyodor se sintió muy extraño al terminar la clase corrió a su casillero y al abrirlo su mayor terror se vio cumplido.

- ¡Me robaron!.- Le dijo a sus amigos.

- ¿Qué dices?.- Alexander miro preocupado a su amigo.

- ¡Alguien se llevó a kolya!.-

- No puede ser.- Iván se asomo confirmando la situación efectivamente el muñequito de Fyodor no estaba.

- ¡Esto es terrible!. ¡Fyodor tu payaso diabólico esta suelto por la escuela puede atacar a alguien!.- Grito con espanto Pushkin.

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