Intercambio.

Salvador.

Un nuevo y horrible día de clases daba inicio, tanto Nikolai como Fyodor estaban enojados el uno con el otro, el primero porque Dostoyevski, ni siquiera se mostraba preocupado de su posible muerte. y a su problema existencial ahora se sumaba que tenía a Shibusawa rondando su territorio, él no podía con tantas cosas, ¡era solo de trapo y algodón!, "Te dijeron que tu amor verdadero está en problemas, es ahora un muñequito de trapo y Fyodor no encuentra nada mejor que mirar con cara de atontado a Shibusawa cuando aparece, si piensa que está muerto lo mínimo que podría hacer el ruso era estar de luto y estar alejado de ese mal nacido de Shibusawa por lo menos cinco años, estaba seguro que en ese tiempo lograría descubrir realmente que le ocurrió.", no pedía mucho.

Y el segundo estaba molesto porque se sentía avergonzado de llevar a Kolya consigo, pero no podía dejarlo, lo intento y no pudo, sentía que algo le apretaba el pecho de solo pensar en salir sin su payasito de trapo, no entendía que estaba mal con él, ¡no podía separarse de un juguete!. Y a eso se sumaba que en la noche solo escucho comentarios y susurros que le indicaban lo mala idea que era que estuviera cerca de Shibusawa, que no hacían una buena pareja, que se iba a aburrir con él, no podía creerlo, ¡hasta su casa ahora se creía con el derecho de meterse en su vida amorosa!. El ruso estuvo con un humor insoportable, ignoro durante todo el día a su grupo de amigos. ¿Que se supone que les iba a decir?, que si era cierto, no podía estar mucho tiempo alejado de Kolya, que tenían razón, ¡era tan vergonzoso admitirlo!, así que decidió que era mejor ignorarlos. Y su muñeco, estaba bien escondido dentro de su bolso y más le vale que allí se quedara.

Iván de forma muy cautelosa le indico que si necesitaba hablar con alguien él siempre estaba dispuesto a escucharlo y Pushkin sin decir nada solo le dejo un par de chocolatinas para calmar su mal humor. Paso todas las clases de ese día ignorando a todo el mundo y a la salida de clases ocurrió un evento que hizo que Dostoyevski quisiera matar a todo el mundo, o mejor dicho a una persona en particular.

- ¡Donde se supone que está metido!.-

No podía creerlo seguía con líos en su hogar, con líos con sus amigos con líos con su payasito, y ahora a Sigma se le ocurría desaparecer ya llevaba 15 minutos en la biblioteca esperando y del bicolor ni señales, le mando mensajes, amenazas, lo llamo, pero el muy imbécil no contestaba. Estaba sentado como un completo tonto, con Kolya encima de la mesa.

- ¡No voy a dejar que ese tipo me deje plantado!.- ¿Pensaba volcar todo su mal humor en Sigma cuando lo encontrara?, ¡claro que sí!, nadie dejaba plantado a Fyodor Dostoyevski.

- ¡Oye, Sigma es muy puntual, debió tener un percance muy grave, él nunca llega tarde a ningún lugar!.-

- ¡Voy a matar a Sigma!.- Con payasito en mano un enfurecido ruso salió de la biblioteca. Sin importarle si alguien lo veía paseándose con Kolya entre sus brazos.

- ¡Tenemos que encontrarlo, le pudo pasar algo malo!.- Nikolai iba atento buscando a su amigo, ya no se sentía tan enojado con Dostoyevski, ahora estaba preocupado por Sigma, su amigo no dejaría plantado a nadie, ni mucho menos dejaría de contestar su celular, conocía a Sigma muy bien, el bicolor se disculpaba hasta por llegar temprano.

Y el ruso Mas por orgullo que preocupación por su compañero estaba dispuesto a encontrar y arrastrar del cabello si es necesario a Sigma, no iba regalar una nota a su compañero, si no trabaja lo saca del trabajo. Iba pensando en eso con celular en mano, esperando que el bicolor se dignara a contestar, cuando lo escucho, escucho el sonido del celular de Sigma . En un apartado rinconcito encontró a su compañero con Ace, un muchacho ricachón de otro salón. Se veían muy juntos y se notaba que la conversación era muy íntima.