6| Sin distancia

7.5K 786 574
                                    

—Entonces, como te decía, ahora tienes tres horas de descanso, ¿Qué es lo que quieres hacer?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Entonces, como te decía, ahora tienes tres horas de descanso, ¿Qué es lo que quieres hacer?

—Tal vez... ¿Descansar?— dije con un tono de esperanza.

Fredy rio.

—Que gracioso.

Suspiré.

—¿Qué tengo por hacer?

—Debes de revisar tu discurso antes de marcar presencia en el orfanato, revisar las fotografías que se subirán en tu cuenta de Instagram, también los directores de la junta directiva de la asociación para niños con cáncer exigen una reunión contigo para hablar sobre el último tema no resuelto, para esa misma reunión debes elegir si quieres tu traje en un color rojo o casi rojo... Oh, y que tampoco se te olvide él... ¿Levi?

Estaba revisando mis redes sociales, bueno, buscando a alguien en mis redes sociales. Pero no lo encuentro, es como si no existiera realmente, porque no hay nada de él, debe estar escondido en alguna parte, pero ya lo busqué con todos los apodos o nombres posibles. Y no hay nada. Demian no tiene redes sociales.

—Levi, ¿Por qué tengo la sospecha de que me estás ignorando?

Lo miré.

—Te estoy escuchando, Fredy.

—¿Sí? ¿Y qué es lo que acabo de decir?

—Hasta ahora, solo he escuchado lo muy ocupado que me encuentro.

—Exacto, oh, y debes de ir con Félix a las tres a...

—... A que nos pinten en un lienzo enorme, lo sé.— Le interrumpí.

—Muy bien, por eso eres mi favorito. Tu hermano debería de tener esa misma concentración.

Estábamos en La Casa Blanca. Era un sábado y no tenía clases, tenía trabajo. Ese era uno de los tratos que había hecho con mis padres, porque yo no quiero dejar mi labor como hijo del presidente abandonado, tengo muchas cosas por hacer, muchos proyectos que debo de realizar, no puedo simplemente desaparecer. Además, tengo uno de los eventos más importantes de todos los años en mis manos. Mi trabajo no puede desaparecer solo así por así.

Dejé mi celular a un lado, no quería rendirme, pero por ahora no puedo encontrarlo en ninguna parte. Tendré que hacerlo de otra forma, solo quiero pedirle disculpas por lo ocurrido esa noche.

—¿Hablando de mí?— Mark entró a la habitación. Me levanté del sofá y corrí hacia él para darle un abrazo.— ¿Tanto me extrañaste?— él lo recibió.

Asentí.

—Juro que la primera noche solo quería que volviéramos a compartir habitación.

Él rio.

—¿En serio? Debiste extrañarme demasiado, ya que, recordando aquella vez cuando lloraste dos noches seguidas porque querías una habitación propia.

En sinfonías distintasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora