34| ¿Nuevos protagonistas?

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Me desperté por una fuerte ola de calor que estaba presente dentro de estas sábanas tan gruesas y blancas

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Me desperté por una fuerte ola de calor que estaba presente dentro de estas sábanas tan gruesas y blancas. Abrí mis ojos poco a poco, dándome cuenta de que los pájaros estaban cantando y que la habitación estaba más clara, dejando entrar la luz del sol mañanero. Estaba en mi habitación y la hora en el reloj de mi mesita de noche decía que eran las nueve de la mañana. Freddy no me había despertado para mi entrenamiento de hoy, es más, nadie lo había hecho, y mis mañanas siempre empezaban a las siete. Luego me di cuenta de por qué nadie me había despertado esta mañana, es que... tenía un oso muy perezoso durmiendo tranquilamente en mi pecho. Reí en voz baja.

Acaricié su cabello sin llegar a despertarlo. Sentí dolor en mi parte baja y entonces recordé lo que habíamos hecho anoche. No pude evitar sonreír al recordar sus palabras y sentir que sus manos habían pasado por todo mi cuerpo. La forma en como me miraba como si fuera la persona más hermosa que jamás había visto, me sentía tan amado, tan protegido, y muy feliz. Lo había visto mirar todo mi cuerpo con mucha determinación, sin mencionar que mientras descansábamos, había empezado a contar mis lunares, dijo que no quería dejarse ni uno solo a la hora de retratarme. Y ahora está aquí conmigo, escuchando su respiración pesada en mi pecho con sus brazos extendidos alrededor de mi cuerpo.

A medida que lo observaba, me di cuenta de cuánto me había enamorado de este ser humano increíble. Demian era, sin lugar a dudas, el ser más hermoso del planeta. Su cabello oscuro y suave caía en ondas desordenadas sobre su frente. Sus pestañas largas y oscuras descansaban sobre sus mejillas, creando una sombra delicada. Todo en él irradiaba calidez y amor, una combinación que me hacía sentir increíblemente afortunado de tenerlo en mi vida.

Fue mágico. Sentir como nos entregábamos el uno al otro.

Ver a Demian con su respiración agitada, sonreír mientras me escuchaba gemir, la forma en como entraba en pánico porque no sabía como proseguir, o como siempre me protegía con tal de no hacerme sentir incómodo en ningún aspecto.

Besé su frente.

—Tengo tanta suerte de tenerte a mi lado.— susurré para no despertarlo.

Es nuestra primera vez despertando juntos, y no puedo estar más que feliz. Demian es tan tierno cuando duerme. Sonreí tanto mientras me levantaba con cuidado de no despertarlo, alejando su cuerpo del mío. Demian tiene un sueño muy pesado; por más ruido que hacía, no se lograba despertar. Eso es bueno, ya que solemos tener horarios diferentes, y cuando despierte todos los días para salir a correr, no lo despertaré, tampoco lo molestaré. Tal vez algún día le pida que me acompañe, aunque creo que va a ser difícil poder despertarlo tan temprano, y peor aún, para correr.

Reí en voz baja imaginándome a Demian quejarse toda la mañana por tener que correr. Besé su mejilla con cuidado antes de caminar hasta mi armario y escoger unos pantalones cortos de pijama. Me miré en el espejo de mi tocador sin dejar mi sonrisa de lado, hasta que estiré mi cuello hacia un lado, mirando grandes detalles que una persona había dejado.

En sinfonías distintasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora