14| Estrellas que brillan de día

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Cuando mi padre ganó las elecciones presidenciales, el mundo entero celebró, no solo porque fuera una victoria para nuestra familia, sino también para el país, que necesitaba a alguien que pudiera escuchar a sus ciudadanos

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Cuando mi padre ganó las elecciones presidenciales, el mundo entero celebró, no solo porque fuera una victoria para nuestra familia, sino también para el país, que necesitaba a alguien que pudiera escuchar a sus ciudadanos. Los derechos de muchas personas fueron respetados, abarcando a individuos de diversas vidas y circunstancias. Nuestras vidas, por supuesto, experimentaron cambios significativos. Ahora éramos personas totalmente transparentes, aunque aún mantuviéramos algunos secretos familiares entre nosotros. La mayor parte de nuestra vida se hizo pública, y eso nunca me llegó a gustar del todo.

Este hecho, creo, fue el único problema al que nunca logré acostumbrarme por completo. No es que me afecte constantemente, sino que el cambio fue tan repentino que apenas tuve tiempo para reflexionar al respecto. A veces, me encuentro reflexionando sobre cómo todo evolucionó tan rápidamente y cómo eso ha influido en mi percepción de la privacidad y la normalidad.—¿Mi ropa está mal puesta?— leí el último artículo de la revista que siempre criticaba cada cabello mío.

Fredy miró la fotografía, Briana también se acercó.

—La verdad es que no logro notar nada.— admitió Fredy.

—Te ves bien, chiki, lo que pasa es que las revistas ya no tienen ni cómo sacar plata.— mencionó Briana antes de volver a retocar sus labios con el labial rojo brillante.

Suspiré mientras le regresaba la revista a la maquillista. Siempre es lo mismo, no hay nada que pueda usar para dejarlos conformes, he tratado de todo, y aun con la ropa más costosa del lugar y elegida por grandes diseñadores, nada, siempre lo que uso, siempre está mal.

—Denme un momento.— dije, haciendo que los demás que trataban de ayudarme con mi cabello se detuvieran. Me vi en el espejo enorme de mi habitación.— ¿y ahora como me veo? Quiero que sean sinceros.

—Se ve muy bien, joven Levi.— habló una de las maquillistas.

—¿De verdad?— miré mi pantalón azul y camisa de cuello blanca.— me siento raro... e incómodo.— acomodé el cuello de la camisa.

—¿Desea que llamemos al diseñador?

Negué, indeciso.

—Está bien... puedo salir así.— aunque no estaba muy seguro.

—Sabes que siempre llegarán críticas, no puedes convencer a todos todo el tiempo.— me animó Fredy.

Asentí.

—Si... lo sé... pero es tan abrumador tener que esperar al siguiente día para saber qué es lo que pensaron de mí los demás.

—Que piensen lo que quieran, cariño.— Briana me miró.— solo están celosos que no se vean iguales a ti.

Reí negando con la cabeza.

Después de dos meses en la universidad, finalmente salí frente a las cámaras por primera vez. Estaba seguro de que me harían muchas preguntas, especialmente porque ahora tengo un nuevo amigo. Cuando pronuncio la palabra "amigo", sé que estoy hablando de Demian.

En sinfonías distintasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora