15 Octubre, 2021

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Tengo amistades que conozco en persona de hace mucho tiempo, pero algunos de ellos se han ido del país, también tengo amistades virtuales de hace 5 años por medio de un juego, que actualmente ya no hago parte de él, sin embargo, hasta la fecha mantenemos contacto e igualmente con aquellas amistades que se fueron, a pesar de la distancia y de todo, no dejamos de estar pendiente uno del otro.

Estas personas fueron diagnosticadas y presentan síntomas de algún Trastorno Mental, como, por ejemplo: Ansiedad, Depresión, Hiperactividad con Déficit de Atención, Ataques de Pánico, Psicosis, Anorexia, y en mi caso, Trastorno Esquizoafectivo, entre otros.

Por lo tanto vamos a terapias con psicólogos y/o psiquiatras, no porque estamos locos como juzgan otras personas ignorantes, sino para recibir psicoeducación, es decir, informarnos y conocer mejor nuestro trastorno, recibir herramientas y desarrollar habilidades para saber cómo a pesar de padecer uno o más de un trastorno, podamos lograr llevar una vida normal, superarnos como personas, mejorar nuestro bienestar emocional, y tener buenas relaciones con los demás, aunque no es sencillo. Se debe agregar que, lo más adecuado es acompañar las terapias con tratamiento médico psiquiátrico, para tener resultados exitosos, claro, quizás con una que otra recaída en el trayecto, pero menos grave gracias al tratamiento, siempre y cuando sea el apropiado.

Me encanta que a pesar de que algunos presentamos trastornos diferentes, otros tenemos las mismas condiciones, pero con síntomas distintos o recaídas similares, sólo que unas más intensas que otras, cada uno a su manera. Nos tenemos la suficiente confianza para pedirnos ayuda cuando lo necesitamos, contarnos abiertamente cómo nos sentimos, hablar cómodamente sobre los recientes síntomas que hemos estado experimentando, y desahogarnos con respecto a los pensamientos autodestructivos o distorsionados que en ocasiones presentamos, y no sabemos qué hacer o cómo controlar la situación por la que estamos pasando, tomando en cuenta que en realidad no lograremos controlar nuestra enfermedad mental con fuerza propia.

Me encanta porque ninguno nos juzgamos, sino que nos unimos para apoyarnos, motivarnos, aconsejarnos y darnos fuerzas mutuamente para levantarnos cuando sentimos que no podemos más, especialmente, acompañarnos e impulsarnos a superar cada recaída y volver a empezar de nuevo aprendiendo de cada proceso para crecimiento personal.

Pero lo que más me encanta, no es sólo el apoyo que nos brindamos, porque nos comprendemos y entendemos perfectamente, ya que sabemos cómo se siente vivir con ello, cuando algunas personas lo único que hacen es cometer el error de juzgar, criticar, burlarse o señalar por falta de conocimiento y empatía. En cambio nosotros, debido a nuestra experiencia, hemos aprendido que primordialmente para lidiar o superar nuestro trastorno, es depender en todos los aspectos y áreas de nuestra vida, primeramente de Dios. Cada proceso nos ha enseñado que nuestro socorro, soporte, refugio y aliento, es confiar plenamente en Él y cubrirnos con la oración, porque es lo que principalmente nos da paz, nos fortalece para continuar adelante.

En conclusión, descubrir nuestro trastorno nos ayudó a depender de Dios, acercarnos a Él y conocerlo mejor, por eso la palabra de Dios dice "Todo sucede para bien y todo tiene un propósito." Tomando en cuenta que Dios ha puesto también la ciencia, la medicina, y a personas que pueden servir de mucha ayuda para nuestra estabilidad mental y cuidado de nuestra salud en general.

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