Aquel día realmente creí que moriría, que sería mi fin, que ya no había vuelta atrás, que ese montón de pastillas y aquellos efectos acabarían conmigo y no habría oportunidad de arrepentimientos. El dolor que mamá experimentó y la agonía de que perdería a su hija menor por un segundo intento de suicidio después de 5 años, cuando se pensaba que no volvería a hacerlo, porque sabía aparentar estar estable.
Ella pidiendo a Dios entre llantos, mucha fortaleza para procesar y soportar la situación, rogando por un milagro en mi vida, mientras que con sus mágicas manos hacía todo lo posible por salvarme, y entre tantos cuidados, logró su objetivo, y aquí estoy más viva que nunca, agradecida con su empatía, compasión, compresión, mucho amor, tolerancia, y especialmente, con sus cuidados, nunca juzgándome, siempre superando cada episodio juntas.
Dios me premió con la madre que me dio y le pido perdón por hacerla pasar por situaciones complicadas, la amo por jamás abandonarme ni dejar de creer en mí.
Fue un año difícil, pero también hermoso, viví diferentes experiencias, algunas buenas y otras no tanto, lo importante es que logré sanar y superar lo malo en éstos meses, aprendí a perdonar y a perdonarme, a amar y a amarme, a alejarme de lo que me hacía daño y acercarme a todo lo que me genera bienestar tanto emocional como en todos los aspectos de mi vida.
A pesar de que experimenté demasiada ansiedad incluso social, que tuve miedo, que lloré, porque no sabía cómo lidiar con los síntomas que estaba experimentando y me aterraba fracasar o recaer nuevamente, ya que sólo quería quedarme en casa, estar sola, hacerme bolitas, aislarme del mundo entero y encerrarme en mí misma, tapar mis oídos para no escuchar a nadie y mandar todo por la borda, al final le hice frente.
Salí de mi casa con la cara en alto, con una sonrisa, una mente optimista, aunque por dentro me moría de los nervios, el corazón amenazaba con paralizarse, respiré profundo y avancé a pasos firmes, dándome ánimos a mí misma, así que me integré a las clases presenciales, hice amistad con mis compañeros de danza, subí al escenario y le dije adiós al pánico escénico, aprobé todas mis materias, pasé al siguiente semestre de Administración, conocí a nuevas personas e hice buenas amistades, demostré mi talento y recibí aplausos, palabras de admiración, motivación, me sentí feliz de haberlo logrado creyendo en mí, aunque me falta muchísimo por seguir mejorando y creciendo a lo largo del camino que tengo por delante.
También lloré por la pérdida de mi papá inesperadamente en Mayo, justo semanas después de que me estaba recuperando de una crisis, dolió, pero me enseñó que debemos valorar la vida, cada instante, todo lo que tenemos, porque mañana puede ser muy tarde, la vida se nos va en un segundo y desaprovechamos la oportunidad de disfrutar a nuestros seres queridos, de sentir, de aprender, de adquirir nuevos conocimientos, de vivir sanamente con responsabilidad, de conocer, de explorar, de amar, de gozar, de lograr metas, de tener éxito, de dejar huellas inolvidables e inigualables, para que nos recuerden con cariño y alegría, para irnos con la satisfacción de haber dado lo mejor de nosotros, tener paz en el corazón de haber hecho lo correcto a pesar de no ser perfectos.
Hace pocas semanas se me fue mi abuela, la única que tuve, que me amó como sí verdaderamente hubiera sido su nieta biológica, me hizo parte de su familia, jamás hubo preferencias, en ella descubrí el amor más puro, lindo y sincero que he conocido. A ambos los llevo en el alma eternamente.
Éste año, descubrí que no debo saturarme de actividades sólo porque tengo exceso de energía y siento que puedo con todo cuando estoy en hipomanía, que no debo abusar, porque de lo contrario terminaré cansada pasando de golpe a un episodio depresivo, pero también aprendí que un bajón no me dejará tirada toda la vida en el suelo, que puedo levantarme y superarme, y que tengo a la mejor psicóloga que me dice la verdad de frente, con palabras sabias, con respeto, me educa sobre mi enfermedad, me da las herramientas apropiadas para aceptar mi diagnóstico sin que éste defina lo maravillosa que soy, y estuvo conmigo en todo el proceso para mi estabilidad y crecimiento personal.
Y hoy puedo decir que amo mi espléndida sonrisa, me encanta ver mis ojos brillando de alegría, y estoy orgullosa de cada uno de mis pequeños logros.
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DIARIO DE LAS EMOCIONES
Aléatoire"Dicen que cada cabeza es un mundo, y yo puedo asegurar que es totalmente cierto." Este libro habla sobre el trastorno esquizoafectivo que es psicosis y un trastorno del estado de ánimo como lo es el trastorno afectivo bipolar (hipomanía y depresión...