10 Noviembre, 2021

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Atrapada en el cuerpo y en la mente de una bipolar con ansiedad

Es un verdadero reto, algo confuso, agotador, abrumante, frustrante, tan incomprensible en ocasiones, y desestabilizador. En otras, es una completa locura, excitante y divertida, llena de diversas sensaciones inimaginables, nuevas, diferentes, que no se tenía idea de que existían y nunca se esperó a experimentar hasta que aparecieron sin previo aviso, son agradables y placenteras, explosivas o insoportables e irritantes.

La hipomanía y la depresión, (para mí), son totalmente opuestas, muy distintas, que parecen dos personalidades internas tan diferentes, adueñándose cada una en su momento de la mente de quien lo padece, cada una espera pacientemente su turno para hacer su divertida o aterrorizante jugada de acuerdo a la intensidad con la que aparezca, y terminar reflejándose en el comportamiento humano, de forma anormal o intolerante para el resto, muchas veces tales actitudes o reacciones causadas por los episodios, crisis o síntomas vienen en contra de la voluntad de la personalidad real, pero son tan posesivas que terminan obteniendo lo que desean, dejando a su paso desastres o maravillas.

Y si hablamos del caos que la hipomanía con la depresión causan cuando trabajan juntas o aparecen al mismo tiempo, son como un estallidos de emociones encontradas, incontrolables, dominantes, y si le agregamos la ansiedad, es como perder la cabeza totalmente, querer morir o desear escapar y despertar de tal pesadilla, ponerle un fin de una vez por todas, pero ¿cómo hacerlo? Si con las propias fuerzas no se puede, para ello existen ciertos métodos adecuados para el bienestar mental de la persona, aun así, probablemente, tendrá que lidiar con ello, quizás toda su vida o por un indeterminado tiempo.

Muchas personas que no lo padecen y que no están informadas de ello, no lo entienden, de hecho, es difícil para el que lo tiene comprender la forma en la que funciona su cerebro con respecto a sus trastornos, aún cuánto más para aquél que es ignorante al tema. Si la gente tuviera más conocimiento y empatía, no existieran tantos perjuicios y estigmas. Servirían más de ayuda, de apoyo, tuvieran más tolerancia y salvarían a muchos del suicidio o del aislamiento social.

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