Lee Félix pasó los siguientes 5 días practicando casi todo su horario laboral, quería estar completamente preparado, quería que la cirugía saliera perfecta, pero tenía ese nudo en el estómago que le impedía tener el cien por ciento de su fé, era prácticamente imposible que eso saliera bien.
¿Qué pasaría si su paciente muere? No se lo quería ni imaginar, la familia seguramente haría un revuelo masivo en el hospital, seguramente recibiría alguna que otra mención en alguna revista. Sonaba mal, pero ya daba igual, estaba condenado.
Para ese punto perdió la noción de cuántos libros médicos había acabado, desde pequeño siempre fue muy bueno leyendo, pero esta vez se superó, seguramente eran más de 15 y cada uno lo suficientemente como para que una persona normal no llegue ni a la página 10 sin aburrirse.
Se sentía listo, claro, tenía todas las habilidades posibles para hacerlo, pero ese sentimiento en el pecho no lo abandonaba, le decía que él no debía ser el que estuviera en ese puesto, debía ser otra persona, Hyunjin, seguro se esforzó muchísimo para que le concedieran el cargo, y él lo arruinó.
No sentirse culpable no era una opción.
Félix también se esforzó mucho para llegar hasta donde estaba, solo no lo reconocía.
Su amor por la medicina empezó desde que era un pequeño niño, como cualquier persona, a su corta edad su mayor ídolo era su mamá, quien siempre llegaba a casa con ese uniforme de doctora, y cuando era hora de dormir siempre le contaba minicuentos de como curaba a sus pequeños pacientes ya que ella era pediatra.
A Félix le parecía impresionante como podía hacer todo eso su madre, su mayor sueño era ser como ella.
A medida que fue creciendo ese sueño continuó en especial cuando a su madre le detectaron cáncer, su relación familiar fue totalmente un desastre esos meses. Félix odiaba la idea, pero acepto mudarse a Corea para que su mamá recibiera un tratamiento casi exclusivo en el hospital Bang.
Ahí, en una camilla de hospital, le prometió a su mamá ser el mejor cirujano de su generación, que haría todo lo que pueda para que nadie más sufra de la manera que ella lo hizo. Claro, para eso tenía que estudiar muchos años, pero no rompería su promesa.
Pasaron por muchos altos y bajos, bajos que los dejaban casi destruidos. Pero cuando todo parecía mejorar y el cáncer supuestamente abandonó el cuerpo de la señora Australiana, decidieron volver a su país natal, Félix tenía otros planes, estudiar en Corea le estaba sentando de maravilla, por lo que decidió quedarse a vivir ahí, rentando un pequeño departamento para posteriormente mudarse con su novio a uno un poco más grande.
Después de todo el problema que hubo con la recaída, la ruptura con su novio y depresión, cosas que no le gustaba recordar, se inscribió a una universidad con planes para personas con un coeficiente intelectual mayor al promedio, dónde destacó mucho, ya que era un alumno modelo, era el cirujano proyecto del momento.
¿Su truco para serlo? No tenía, solo que no tenía otra cosa en su vida que no sea estudiar, nunca salía, intentaba no formar relaciones amistosas y peor amorosas, no era aficionado por algún deporte o arte, por lo que su plan diario por casi dos años fue estudiar desde que despertaba hasta que dormía.
No era saludable, no, pero era lo que lo mantenía con vida esos años.
Cuando se graduó de esa universidad, con muchísimos honores, lo primero que hizo fue volver a Corea, allá era mucho más probable que se convirtiera en alguien grande, a comparación de Australia. Volver al país donde pasó su adolescencia y temprana adultez era como recibir otra oportunidad, su vida social empezó a aumentar estrepitosamente, consiguió un buen trabajo en una clínica privada bastante prestigiosa, su sueño era llegar a trabajar en el hospital público de Seúl, la competencia directa con el hospital Bang para llegar a ser el jefe de cirugía ahí.
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Médico Cirujano [Hyunlix]
Teen FictionDonde Felix de casualidad empieza a trabajar en el mismo hospital que Hyunjin. Tuvieron una relación hace años dónde las cosas no terminaron nada bien, por lo que su convivencia es muy difícil, aun así las cenizas del amor siguen estando ahí. ¿Podr...